El sistema de Kafala es la única opción legal disponible para las personas trabajadoras migrantes en Líbano. Bajo este sistema, las y los trabajadores migrantes son patrocinados por un empleador, que dicta los términos de su contrato y las condiciones bajo las cuales trabajan. Esto les hace vulnerables a la explotación y los abusos, y limita su acceso a la atención médica.
En 2020, Médicos Sin Fronteras (MSF) abrimos una clínica en Beirut para brindar a las y los trabajadores domésticos migrantes consultas médicas gratuitas y apoyo especializado en salud mental. Tres años después, nuestros equipos continúan viendo el impacto del sistema de Kafala en las condiciones de vida y de trabajo de las personas, así como en su salud física y mental.
Berna* tardó un año en escapar de su empleador. Durante este periodo trabajó en una casa donde estaba sobrecargada de trabajo y aislada, donde era golpeada, abusada y no tenía alimentos. Con la ayuda de un vecino, logró huir de la casa, dejando atrás su pasaporte y sus pertenencias. Buscó tratamiento médico con el equipo de MSF y terminó recibiendo apoyo de salud mental también.
Según las últimas estimaciones, hay alrededor de 135 mil personas trabajadoras migrantes en Líbano, la mayoría provienen de Etiopía, Bangladesh, Sierra Leona, Sri Lanka y Filipinas. La mayor parte son mujeres empleadas en hogares particulares como trabajadoras domésticas, limpian, cocinan y cuidan a los hijos e hijas de sus empleadores.
Cubriendo las brechas en la atención médica
Desde 2020, en Médicos Sin Fronteras adoptamos un enfoque multidisciplinario para abordar las crecientes necesidades de las personas trabajadoras migrantes en Líbano. En Beirut, nuestro equipo brinda consultas médicas generales, recetas y medicamentos, cuidado básico de heridas y cirugías menores. También referimos a las personas migrantes a los centros médicos asociados para recibir atención médica especializada cuando es necesario.
“Muchos pacientes, en su mayoría mujeres, han señalado las malas e insalubres condiciones en las que viven y trabajan, mismas que repercuten negativamente en su bienestar”, afirma Hanadi Syam, referente médico de MSF para el proyecto de atención a trabajadores migrantes.
“Es urgente reformar el sistema de Kafala”, asevera Syam. “Hay que esforzarse para que todo el mundo, independientemente de su situación legal, pueda acceder a la atención médica”.
En 2022, nuestros equipos en Líbano proporcionaron 7 mil 686 consultas médicas a trabajadores migrantes, principalmente para pacientes que sufren afecciones musculoesqueléticas, trastornos gastrointestinales, enfermedades respiratorias y enfermedades no transmisibles como diabetes e hipertensión.
Con el aumento de la inflación y los costos de transporte, el acceso a la atención médica se ha convertido en un reto para muchas personas, que a menudo se ven obligadas a priorizar sus necesidades básicas, como la alimentación, sobre la atención médica.
En 2023, comenzamos a visitar barrios en Beirut y en las gobernaciones de Monte Líbano, donde vive la mayoría de las personas trabajadoras domésticas migrantes, para encontrar a quienes necesitan atención médica y no pueden acceder a ella fácilmente.
“La mayoría de nuestras pacientes que no viven en las casas de sus empleadores permanecen en viviendas insalubres o hacinadas, y muchas recurren a comportamientos destructivos como mecanismo de sobrevivencia”, explica Nour Khoury, psicóloga de MSF.
Muchas pacientes han pasado por eventos difíciles en sus vidas, ya sea en sus viajes hacia Líbano o después de su llegada.
“Nos hablan de las dificultades que supone hacer frente a la crisis socioeconómica y sobre sus vidas cotidianas, pero también nos cuentan que han experimentado violencia, trabajos forzosos y, a veces, incluso tortura”, declara Khoury.
En Líbano proporcionamos psicoterapia, asesoramiento individual y atención psiquiátrica a personas con necesidades agudas de salud mental.
En 2022, nuestro equipo realizó 1,471 consultas de salud mental a trabajadores domésticos migrantes que sufren depresión, trauma, ansiedad o psicosis, muchas de las cuales pueden estar directamente relacionadas con sus condiciones de vida y trabajo.
Comprometiéndonos con las comunidades
En Líbano, nuestros equipos de promoción de la salud colaboran con la comunidad migrante para ayudar a establecer relaciones con las trabajadoras domésticas y ganarse su confianza.
“Involucrar a la comunidad de trabajadoras domésticas migrantes es un componente clave de nuestro enfoque”, dice Dilshad Karaman, responsable de promoción de la salud de MSF. “Al reunirnos con representantes de la comunidad, podemos escuchar sus necesidades y ayudarlas a amplificar su voz”, concluye.
Los equipos de promoción de la salud también brindan servicios de interpretación en amárico, bengalí, francés y cingalés para pacientes que no hablan árabe o inglés, de modo que el idioma no represente una barrera para acceder a la atención médica.
Kafala, un sistema roto
Bajo el sistema de Kafala, los empleadores, también conocidos como kafeel (patrocinadores), están legalmente obligados a proporcionar un seguro de salud privado para sus trabajadores domésticos, pero esto solo incluye la hospitalización en caso de accidentes relacionados con el trabajo, y no incluye la atención médica general, el apoyo de salud mental o el costo de los medicamentos. Como resultado, el acceso a los servicios médicos es extremadamente limitado para la mayoría de las y los trabajadores migrantes en Líbano.
La crisis múltiple que se apoderó de Líbano desde 2019 ha agravado aún más las dificultades experimentadas por trabajadores domésticos migrantes, afectando su salud física y mental. Muchas personas de las que ingresaron legalmente al país han perdido su estatus legal.
A menudo, los empleadores ya no pueden permitirse pagar sus salarios, mientras que otros trabajadores migrantes se ven obligados a huir debido a la explotación o la violencia. Sin documentos oficiales, puede ser mucho más difícil encontrar un trabajo y mantenerse, lo que limita aún más su capacidad para acceder a la atención médica. Mientras tanto, los trabajadores migrantes que desean ser repatriados a menudo no pueden salir del Líbano sin los documentos adecuados.
*El nombre ha sido cambiado para proteger la identidad de la persona.