Leipzig, Alemania- Los países han dado cada vez más pasos hacia la reducción de emisiones de carbono, una marcha que se aceleró tras la pandemia, pero que al ritmo actual, no será suficiente para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes contenidos en el Acuerdo de París.
Con la tendencia actual, además, no será posible evitar el aumento de la temperatura a niveles preindustriales- no más de 2 grados aproximadamente-, por lo que es necesario aumentar la implementación de políticas de transporte en favor de la introducción de medios de transporte menos contaminantes.
“Necesitamos hacer más y hacerlo ahora”, señala Young Tae Kim, secretario del Foro Internacional de Transporte 2023, que se lleva a cabo en la ciudad alemana de Leipzig y en donde se presenta una actualización de las proyecciones de la demanda de transporte, además de su influencia en las metas de reducción de emisiones.
El sector del transporte es responsable del 23 por ciento de las emisiones mundiales del dióxido de carbono relacionadas con la energía. De igual forma, el transporte contribuye de forma indirecta a aumentar la demanda de energía.
Transporte y fabricación de vehículos generan gases de efecto invernadero
“La construcción de infraestructuras de transporte, la fabricación de vehículos y la producción de combustible generan emisiones de gases de efecto invernadero”, remarca el informe Perspectivas del transporte del FIT 2023.
El reto es complejo: reducir las emisiones contaminantes mientras aumenta la demanda del transporte en todas sus modalidades.
El FIT estima que la movilidad de transporte urbano aumentará en 74 por ciento hacia el 2050 en el escenario actual, mientras que el aumento sería menos pronunciado-hacia el 54 por ciento- en el escenario de alta ambición.
Además, agrega Kim, mientras que las políticas de la descarbonización se concentraban hace unos años en la infraestructura, ahora hay otras aristas-como el género, la tecnología y el marco legal- que reclaman un enfoque holístico.
Si bien uno de los retos de la transición a la movilidad sostenible es el financiamiento, el informe del organismo descentralizado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que el escenario de alta ambición sería alrededor del 5 por ciento menos costoso en comparación con la ambición actual.
“Un fuerte impulso a la descarbonización del transporte no es, de hecho, más costoso: las necesidades totales de inversión de capital en infraestructuras básicas de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos son inferiores con la aplicación de políticas ambiciosas que si se sigue como hasta ahora”, agrega el informe.