El comandante mercenario ruso rebelde que ordenó a sus tropas marchar sobre Moscú antes de revertir abruptamente el curso, se trasladará a la vecina Bielorrusia y no enfrentará enjuiciamiento, informó el Kremlin este sábado, como parte de un acuerdo para desactivar una crisis que representó el desafío más importante para el presidente Vladimir Putin en sus más de dos décadas en el poder.
Los cargos contra Yevgeny Prigozhin por organizar una rebelión armada serán retirados y las tropas que se unieron a él tampoco serán procesadas, anunció el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, y los combatientes de su Grupo Wagner que no participaron en el levantamiento recibirán contratos ofrecidos por el Ministerio de Defensa.
Putin había prometido castigar a los responsables del levantamiento armado liderado por su antiguo protegido, cuyas fuerzas tomaron una instalación militar clave en el sur de Rusia antes de avanzar hacia la capital. En un discurso televisado a la nación, Putin calificó la rebelión de “traición”.
Al permitir que Prigozhin y sus fuerzas salgan libres, Peskov dijo que el “objetivo más alto” de Putin era “evitar el derramamiento de sangre y la confrontación interna con resultados impredecibles”.
Moscú se había preparado para la llegada de las fuerzas de Wagner erigiendo puestos de control con vehículos blindados y tropas en el extremo sur de la ciudad. La Plaza Roja fue cerrada, y el alcalde instó a los automovilistas a mantenerse alejados de algunas carreteras.
Pero después de que se llegó al acuerdo, Prigozhin anunció que mientras sus hombres estaban a solo 200 kilómetros de Moscú, había decidido retirarse para evitar “derramar sangre rusa”. Sus tropas recibieron la orden de regresar a sus campamentos en Ucrania, donde han estado luchando junto a soldados regulares rusos.
Prigozhin ha exigido la destitución del ministro de Defensa Sergei Shoigu, durante mucho tiempo blanco de sus críticas fulminantes por su conducta en la guerra en Ucrania. El viernes, acusó a las fuerzas bajo el mando de Shoigu de atacar los campamentos de Grupo Wagner y matar a “un gran número de nuestros camaradas”.
Prigozhin no dijo si el Kremlin había respondido a su demanda. Peskov dijo que el tema no podría haber sido discutido durante las negociaciones, que fueron conducidas por el presidente de Bielorrusia, y es una “prerrogativa exclusiva del comandante en jefe”.
Si Putin aceptara la destitución de Shoigu, podría ser políticamente perjudicial para el presidente después de que calificó a Prigozhin de traidor por la espalda.
La madrugada del sábado, el ejército privado de Prigozhin parecía controlar el cuartel general militar en Rostov-on-Don, una ciudad a 660 millas (más de 1.000 kilómetros) al sur de Moscú, que dirige las operaciones rusas en Ucrania, dijo el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.