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Si lo inhabilitan, Bolsonaro afirma que tiene ofertas para trabajar como ‘chico propaganda’ en EU

Jair Bolsonaro, de 68 años, podría perder todos sus derechos políticos durante ocho años.

El expresidente Jair Bolsonaro tiene claro cuál va a ser su futuro laboral si la Justicia le impide lanzarse a la reelección o para algún cargo de elección popular en Brasil: será “chico propaganda” en Estados Unidos, según dijo en una entrevista divulgada este martes.

El líder ultraderechista enfrenta un juicio en el que es acusado de “abusos de poder” durante la campaña para las elecciones de 2022, ganadas por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

”Tengo una invitación para trabajar en los Estados Unidos. Allí viven, calculo, 1.4 millones de brasileños. No sé el número exacto. (...) Me invitaron para ser un chico propaganda allá”, aseguró el expresidente en entrevista al diario Folha de Sao Paulo.

El juicio contra el exmandatario, que puede dejarlo inelegible durante los próximos ocho años e impedirle disputar las presidenciales de 2026, comenzó el jueves pasado y será reanudado este martes por el Tribunal Superior Electoral (TSE), la máxima corte de justicia.

El punto central de la acusación es una reunión que Bolsonaro convocó en la residencia oficial de la Presidencia con medio centenar de embajadores extranjeros el 18 de julio de 2022 para insistir en su campaña de descrédito contra el sistema electoral.

Durante la entrevista, Bolsonaro admitió que la tendencia es que sea juzgado inelegible.


Yo no me voy a desesperar. ¿Qué puedo hacer?. Soy ‘imbrochável’, (intumbable) hasta que se demuestre lo contrario, aseguró Bolsonaro utilizado un término considerado vulgar en Brasil y que hace referencia a la impotencia masculina.

En la primera audiencia del caso, la semana pasada, el abogado de Bolsonaro, Tarcísio Vieira, sostuvo que en ese evento, que calificó de “franciscano” e “institucional”, el entonces presidente solo expresó “sus opiniones sobre el sistema electoral brasileño”.

Vieira argumentó que Bolsonaro sólo manifestó sus “dudas” sobre las urnas electrónicas que Brasil usa desde 1996, pese a que desde entonces no ha habido una sola denuncia de fraude, y que lo hizo en “pleno ejercicio” de su “libertad de expresión”.

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