OceanGate, la compañía propietaria de un sumergible que implosionó fatalmente cuando se dirigía a explorar los restos del Titanic, anunció este jueves la suspensión total de sus operaciones.
La empresa con sede en Everett, Washington, era propietaria del sumergible Titán que se cree implosionó cuando descendía el 18 de junio en el Atlántico Norte.
La implosión mató a las cinco personas a bordo, incluido Stockton Rush, el piloto del sumergible y director ejecutivo de la empresa.
El sitio web de la compañía dijo el jueves que “ha suspendido todas las operaciones comerciales y de exploración”.
¿Hay un audio de los últimos momentos de los tripulantes de Titán?
Sobre las noticias de una supuesta grabación de los últimos momentos de los tripulantes, las autoridades aclararon que eso se trata de una noticia falsa.
Quienes investigan el accidente señalaron que no han difundido grabaciones del sumergible Titan de OceanGate momentos antes de su implosión. El audio circula desde 2020 y corresponde a una serie ficticia, confirmó su autor a The Associated Press.
Publicaciones que se comparten en Facebook y TikTok afirman erróneamente que un audio en el que se escucha una persona gritando se grabó a bordo del sumergible Titan de OceanGate antes de su implosión la semana pasada.
Pero este sonido no tiene relación con el sumergible. AP hizo una búsqueda de esta frase y encontró un video publicado en julio de 2020 en el canal de YouTube Squimpus McGrimpus, que es parte de una serie ficticia de horror analógico basada en el videojuego Five Nights at Freddy’s.
Titán era una ‘bomba de tiempo’
Un extrabajador de la empresa advirtió que el sumergible presentaba riesgos de sufrir “problemas catastróficos”, información que fue ignorada por OceanGate, mostró un reporte de ingeniería.
David Lochridge, director de operaciones marítimas de OceanGate, escribió sobre ello en 2018 indicando que la embarcación necesitaba más pruebas y que los pasajeros podrían verse en peligro cuando alcanzaran “profundidades extremas”, se mostró en una demanda presentada ese año en una corte federal de distrito en Seattle.
OceanGate demandó a Lochridge ese año y le acusó de romper un acuerdo de confidencialidad, mientras que él presentó una contrademanda alegando que se le había despedido de forma ilegal por plantear sus reservas sobre seguridad y ensayos.