Los familiares de las personas muertas y heridas en la masacre a tiros del año pasado en un supermercado de Buffalo, Nueva York, dijeron el miércoles que las redes sociales y los vendedores minoristas de armas comparten la culpa por el ataque a manos de un sujeto armado que actuó motivado por teorías de conspiración que vio en internet.
“Ellos fueron los conspiradores, aunque no quieran reconocerlo”, dijo el abogado de derechos civiles Ben Crump durante una conferencia de prensa en la que se dio a conocer una demanda de 171 páginas.
La demanda menciona a diversas plataformas en línea, incluidas Meta, Instagram, Amazon, Google y Discord, así como el fabricante del blindaje corporal que el atacante utilizó y los minoristas que le vendieron las armas de fuego.
Payton Gendron tenía 18 años cuando condujo un vehículo 322 kilómetros (200 millas) desde su casa en Conklin, Nueva York, y abrió fuego en el establecimiento Tops Friendly Market de un vecindario predominantemente negro en Buffalo que había buscado en internet. 10 personas afroamericanas murieron y otras tres resultaron heridas.
Gendron cumple una sentencia a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional después de que se declarara culpable de diversos delitos, entre ellos homicidio y terrorismo interno motivado por el odio.
“Peyton Gendron jaló el gatillo, pero lo hizo sólo años después de exponerse a redes sociales adictivas, que lo radicalizaron e incentivaron —vía internet— a comprar armas y blindaje corporal para cometer este ataque atroz”, según la demanda.
Con la demanda se pretende obtener una indemnización financiera no especificada. Las víctimas sobrevivientes y las familias de los asesinados dijeron que también desean que las compañías modifiquen la manera en que operan.
La madre de Zaire Goodman, uno de los sobrevivientes, dijo que fue “etiquetada” en un video que circuló ampliamente en internet después de que Gendron transmitiera en vivo su ataque a tiros con una cámara instalada en su casco.
“Nadie debería ver eso”, declaro Zeneta Everhart.
Zaire Goodman, que tenía 19 años cuando lo balearon, trabajaba en la tienda. Otras de las víctimas fueron un diácono de una iglesia, el guardia de seguridad de la tienda, un padre que compraba un pastel de cumpleaños para su hijo, una abuela de nueve nietos y la madre de un exjefe de bomberos de Buffalo.
En respuesta a la demanda, un portavoz de YouTube, propiedad de Google, dijo que la compañía ha invertido en tecnología y políticas para identificar y eliminar contenidos extremistas.
“Regularmente trabajamos con la policía, otras plataformas, y la sociedad civil para compartir inteligencia y las mejores prácticas”, dijo José Castañeda en un comunicado enviado por correo electrónico a The Associated Press.
Otras compañías incluidas en la demanda no atendieron de momento las solicitudes que se les enviaron por correo electrónico para que hicieran declaraciones al respecto.