El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que limita la inversión estadounidense en algunas empresas chinas, como parte de un impulso para restringir la capacidad del país para desarrollar tecnologías militares y de vigilancia de próxima generación que podrían poner en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos.
La orden, anunciada este miércoles 9 de agosto, regularía las inversiones estadounidenses en algunas empresas chinas de semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial. Se firmó después de casi dos años de deliberaciones en las que los partidarios de China abogaban por una acción más rápida y estricta, mientras que otros, incluido el Departamento del Tesoro, presionaron por medidas más estrictas que tardarían más en entrar en vigor.
Los funcionarios de la Administración Biden dijeron que la orden apunta a los estadounidenses que buscan adquirir participaciones accionarias en empresas chinas restringidas a través de fusiones y capital privado, así como mediante empresas conjuntas y acuerdos de financiación. No cubre las inversiones pasivas, y el Tesoro está sopesando las exenciones para las inversiones estadounidenses en valores que cotizan en bolsa, fondos indexados y otros. Las empresas tendrán 45 días para comentar la propuesta.
EE.UU. ya restringe las exportaciones de algunas tecnologías sensibles a China, en tanto que la orden “evitaría que las inversiones estadounidenses ayuden a acelerar la indigenización de estas tecnologías” en el país, dijo.
Las restricciones son las últimas de una serie de acciones estadounidenses que han complicado las tensas relaciones de la Administración Biden con China, incluidos los controles de exportación de tecnología de semiconductores anunciados el año pasado y los esfuerzos del Congreso para presionar a la Casa Blanca para que adopte una línea más dura, incluida la defensa de Taiwán.
La embajada china en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El anuncio pone de relieve la cautela de la Casa Blanca a la hora de aumentar las tensiones con China. En lugar de anunciarlo en presencia de los medios y hacer declaraciones públicas sobre el asunto, como suele ser el caso de las órdenes ejecutivas, Biden optó por firmarlo mientras estaba fuera de la ciudad y sin cámaras. El presidente estaba de viaje en Nuevo México para promover su agenda “Bidenomics” y no se refirió a la orden.
EE.UU. sigue comprometido con un entorno de inversión abierto y apunta solo a un subsector muy pequeño de capital y conocimientos, dijeron funcionarios sénior de la Administración a los periodistas en una llamada previa a la orden. Los funcionarios dijeron que la acción se tomó por razones de seguridad nacional y no para competir con China.
En mayo, Biden predijo que se avecinaba un “deshielo” en las relaciones entre EE.UU. y China, que durante el último año se han deteriorado a su peor nivel en décadas. El presidente también dijo en repetidas ocasiones que planea hablar y reunirse con su homólogo chino, el presidente Xi Jinping, en el futuro cercano. Se prevé que ambos líderes se reúnan en noviembre cuando Biden sea el anfitrión de la cumbre APEC en San Francisco, sin embargo, ninguna de las partes ha confirmado los planes.