La Casa Blanca rechazó las sugerencias de que el presidente Joe Biden está endureciendo su retórica sobre China, un día después de que llamó a la segunda economía más grande del mundo una “bomba de tiempo”, diciendo que los comentarios eran consistentes con las críticas de Estados Unidos a Beijing.
“El presidente se refiere a los desafíos internos que China tiene en casa, y algunos de ellos están en el frente económico. Y algunos de ellos están en el frente social y cultural”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, a periodistas este viernes.
Kirby dijo que quería contrarrestar la idea de que Estados Unidos había “agudizado nuestro lenguaje”.
“Hemos sido muy consistentes en hacer retroceder a China, en la región y más allá, retórica y tangiblemente, donde y cuando creemos que es lo mejor para nosotros y para nuestros aliados y socios”, dijo Kirby. “Nunca hemos evitado llamarlo como lo vemos cuando se trata del comportamiento de la República Popular China, la intimidación y la coerción, no solo de los vecinos, sino en países de todo el mundo”.
Biden criticó el jueves al principal rival geopolítico y económico de Estados Unidos, refiriéndose a los líderes del Partido Comunista Chino como “malas personas”. Dijo que el país está en problemas porque su economía se ha estancado y se ha burlado de la Iniciativa de la Franja y la Ruta del presidente Xi Jinping como “deuda y soga”, por sus altos niveles de préstamos a los países en desarrollo.
Los comentarios del presidente también incluyeron varias inexactitudes sobre la economía de China.
“China estaba creciendo al 8 por ciento anual para mantener el crecimiento, ahora cerca del 2 por ciento anual”, dijo Biden a los donantes en un evento político de recaudación de fondos en Park City, Utah, afirmando erróneamente su tasa de expansión. “Está en una posición en la que el número de personas que están en edad de jubilación es mayor que el número de personas en edad de trabajar”, agregó, otra declaración incorrecta que fue rechazada por cientos de millones de personas.
“Tuvieron algunos problemas”, dijo. “Eso no es bueno porque cuando las personas malas tienen problemas, hacen cosas malas”.
Los comentarios de Biden fueron algunas de sus críticas más directas a China y amenazaron con deshacer meses de delicada diplomacia destinada a aliviar las tensiones recientes y allanar el camino para una posible reunión con Xi Jinping, quien se espera que visite Estados Unidos en noviembre para asistir a la Cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Biden insistió el jueves en que Estados Unidos no está buscando una pelea con Beijing, pero sus comentarios siguen a las nuevas restricciones de inversión de Estados Unidos dirigidas a los sectores de semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial, y nuevas tensiones sobre Taiwán, cuyo vicepresidente, Lai Ching-te, planea detenerse en Nueva York y San Francisco en los próximos días.
“Esta es una relación bilateral difícil y compleja”, dijo Kirby el viernes.
“El presidente entiende eso y cuando se reunió con el presidente Xi, en Bali, acordaron que ambos necesitan liderar esta relación y manejarla de manera responsable”, agregó. “Nada ha cambiado sobre el enfoque que queremos tomar”.
No está claro cómo responderá China a los últimos comentarios de Biden. Después de que Biden llamara a Xi un “dictador” en junio, el país calificó los comentarios como una “provocación política pública”, antes de dar la bienvenida a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y al enviado climático John Kerry en viajes separados semanas después. La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, tiene previsto visitar China a finales de este mes.
Xi y Biden no han hablado desde que se reunieron al margen de la Cumbre del G-20 en Bali, Indonesia, en noviembre, una reunión que fue seguida por meses de deterioro de las relaciones por incidentes desde un presunto globo espía hasta encuentros militares en el Mar del Sur de China.