Javier Milei, el candidato de la ultraderecha que dio la sorpresa al ganar las elecciones primarias de Argentina, está iniciando conversaciones con el Fondo Monetario Internacional sobre el programa de 44 mil millones de dólares, una pieza clave de la política que deberá abordar la próxima administración.
Milei dijo que su hermana y directora de campaña, Karina, recibió una llamada de los funcionarios del FMI para programar una reunión luego de su sorpresiva victoria en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) sin dar detalles sobre el encuentro aún por programar.
“Estamos viendo cómo abordar la reunión”, dijo Javier Milei este martes en una entrevista con la emisora local Radio La Red. El abanderado de La Libertada Avanza dijo tener “un programa fiscal más agresivo” que el del Fondo.
Reunirse con diferentes líderes políticos es parte del enfoque regular del FMI para los funcionarios que trabajan en el programa de Argentina, el más grande del fondo.
Antes de la votación primaria, los representantes del FMI ya habían anticipado que intensificarían las conversaciones con los miembros de la oposición para evaluar cómo quieren abordar el programa de 44 mil millones de dólares, informó Bloomberg previamente.
La oficina de prensa del FMI no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
¿Cuáles son las propuestas económicas y fiscales de Javier Milei?
Milei también declaró este martes que se acercaría a los objetivos fiscales del programa recortando el gasto público del sector político.
“La gran diferencia en el programa que estamos planteando es que vamos a ir contra la política, los lugares donde roban los políticos”, agregó.
Entre las propuestas de Milei, maestro en Teoría Económica y en Ciencias Económicas, están eliminar los impuestos a las exportaciones agrícolas, lo que significaría que la soya, el maíz, el trigo y la carne argentina ganarían competitividad frente a los productores de Estados Unidos y Australia.
Milei también propuso sustituir el peso por el dólar estadounidense. Eso haría que las ventas de soya de los agricultores, que en Argentina se han transformado en gran medida en un comercio de divisas impredecible, funcionen más como en otros países.