El destino del Grupo Wagner, la compañía mercenaria detrás de las operaciones más turbias de Vladimir Putin desde África hasta Ucrania, está en duda después de que las autoridades rusas dijeran que su fundador, Yevgeny Prigozhin, estaba en un avión privado que se estrelló, matando a todos a bordo.
El choque sobre territorio ruso ocurrió exactamente dos meses después de que Prigozhin liderara a sus combatientes en un motín fallido que representó la mayor amenaza al gobierno de casi un cuarto de siglo de Putin.
Esto es lo que necesita saber sobre Wagner y su papel desde el motín.
¿Qué es el Grupo Wagner?
Fundada por Prigozhin en 2014, Wagner es una empresa militar privada que apoyó los objetivos del Kremlin en los campos de batalla de Ucrania, Oriente Medio, América Latina y África, donde ha sido acusada de cometer abusos contra los derechos humanos.
En su apogeo, Wagner tenía alrededor de 50 mil reclutas mercenarios (muchos de ellos exreclusos reclutados directamente en prisión) luchando en Ucrania.
Estados Unidos designó al grupo como organización criminal transnacional a principios de este año y Wagner ha sido sancionado por Australia, Canadá, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea.
Wagner tiene un estatus legal turbio y los mercenarios son técnicamente ilegales en Rusia. El grupo opera independientemente de las fuerzas armadas oficiales del país y recientemente había tratado de rechazar las demandas de Moscú de que sus reclutas firmaran contratos formales con el ejército. El tema fue una fuerza impulsora detrás del motín, que estaba dirigido a los líderes militares de Rusia y no al propio Putin.
El grupo también está vinculado a lucrativos negocios de petróleo, oro y otros en algunos países donde opera fuera de Rusia.
¿Qué ha pasado con Wagner desde el motín?
Los combatientes de Wagner que se acercaron a 200 kilómetros (124 millas) del Kremlin y mataron al menos a 13 pilotos rusos en su marcha evitaron el castigo en virtud de un acuerdo que los hizo retroceder dramáticamente.
Algunos, incluido el propio Prigozhin, se trasladaron luego a la vecina Bielorrusia, cuyo líder ayudó a negociar el acuerdo para poner fin al motín. No estaba claro cuántos aceptaron la oferta de alistarse en las fuerzas del Ministerio de Defensa.
Pero Prigozhin apareció en Moscú pocos días después del fallido motín, asistiendo a conversaciones en el Kremlin con Putin, sorprendiendo a los observadores que habían predicho el exilio del fundador de Wagner.
En otra aparente afrenta a la autoridad de Putin, Prigozhin fue fotografiado mezclándose con líderes africanos en una cumbre Rusia-África en San Petersburgo el mes pasado.
Al grupo mercenario también se le permitió mantener la mayoría de sus extensas y rentables operaciones en África, donde jugó un papel clave en la extensión de la influencia del Kremlin con muy poco dinero, ofreciendo a veces servicios militares a cambio de acceso a recursos minerales.
¿Qué pasará ahora con el Grupo Wagner?
No está claro porque algunos de los principales lugartenientes de Progozhin también estaban en el avión, dejando un gran vacío en la cima de la organización.
Entre esos hombres se encuentra Dmitry Utkin, un exoficial de inteligencia militar que ha sido una figura clave en Wagner desde su fundación en 2014 para apoyar una insurgencia respaldada por Rusia en el este de Ucrania, que sentó las bases para el conflicto actual.
Valeriy Cherkaskov, quien dirigió las extensas operaciones comerciales de Wagner en Medio Oriente y África, también estaba a bordo, dijeron las autoridades.
Ha habido indicios de que el imperio empresarial de Wagner podría ser absorbido por otros grupos rusos o agencias gubernamentales, pero eso no ha sido confirmado.
¿Qué significará esto para la invasión rusa de Ucrania?
Es probable que el impacto en el conflicto sea moderado porque Wagner había perdido o retirado la mayoría de sus fuerzas de Ucrania antes del motín que siguió a meses de sangrientos combates en torno a la ciudad de Bakhmut.
Los funcionarios ucranianos dijeron que sólo quedan entre 2 mil y 3 mil combatientes de Wagner en el país, frente a un máximo de casi 50 mil. No está claro si serán absorbidos por las fuerzas regulares rusas.