Acceder al agua potable es todo un desafío para los miles de personas desplazadas que han estado sobreviviendo durante meses en campos improvisados ubicados en las afueras de Goma, en la República Democrática del Congo.
Debido a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera, las precarias condiciones de higiene y un riesgo incrementado de exposición a la violencia al buscar suministros por la noche, el agua es un recurso esencial para las personas que viven en entornos precarios.
A pesar de los esfuerzos que realizamos desde Médicos Sin Fronteras (MSF) en términos de tratamiento y distribución de agua, la población en los campos sigue viviendo con alrededor de 5 litros de agua diarios. Incluso si los actores humanitarios aumentaron su movilización, se necesitan esfuerzos mayores y duraderos para mejorar la vida de las personas desplazadas.
“Distribuimos 400 mil litros de agua todos los días en el campo de Rusayo. Sin embargo, no son suficientes para cumplir con el estándar humanitario mínimo de 15 litros diarios por persona”, explica Ottman El Ouartiti, gestor de agua y saneamiento (WATSAN) en MSF. “A menudo vemos a niñas y niños corriendo hacia los camiones llenos de agua cuando nuestros tanques están vacíos. La situación en los campos sigue siendo dramática”.
A pesar de su proximidad al lago Kivu, que mide 90 km de largo y 50 km de ancho, algunos campos para personas desplazadas no tienen acceso a un sistema de tratamiento de agua. La situación es aún más catastrófica en otros campos alrededor de Goma, como Kanyaruchinya. Allí, unas 100 mil personas se han refugiado y no tienen acceso al agua, solo a la que distribuyen los actores humanitarios.
“No tuve más opción que traer agua del lago todos los días para mi familia. La bebíamos y cocinábamos con ella”, explica Tulia, quien llegó al asentamiento para personas desplazadas de Elohim en enero tras huir de los combates en su aldea, ubicada en el territorio Masisi. El consumo de agua no tratada y las condiciones extremadamente insalubres crearon las condiciones perfectas para la propagación del cólera.
Tras el aumento significativo de las poblaciones desplazadas, y con las precarias condiciones higiénicas en los campos, se registraron más de 4 mil casos de cólera en la zona de salud de Goma durante los primeros seis meses de 2023, en comparación con los 100 casos en el mismo periodo pero en 2022.
“Los equipos médicos estaban abrumados en nuestro centro de tratamiento de cólera (CTC) en Bulengo. La respuesta de otros actores fue insuficiente para mejorar las condiciones de higiene y, por lo tanto, frenar la propagación de la enfermedad”, explica Jackson Ngandu, supervisor de watsan de MSF en el campamento de Bulengo, donde el número de admisiones diarias oscilaba entre 100 y 150 pacientes entre marzo y abril.
“Por lo tanto, decidimos aumentar nuestra capacidad de distribución de agua potable instalando una planta de tratamiento de agua y una red de tuberías para suministrar agua potable limpia a los asentamientos para personas desplazadas. También redoblamos nuestros esfuerzos para construir la mayor cantidad posible de letrinas y duchas”, concluye.
Gracias a su sistema de bombeo y tratamiento de agua, la estación, instalada por MSF en las orillas del lago Kivu, tiene una capacidad de producción de 2 millones de litros de agua potable al día. La instalación de una planta de tratamiento de agua en marzo, y la colocación de 18 rampas y 126 grifos en el campo para personas desplazadas en Bulengo, han ayudado a distribuir agua a una gran proporción de residentes.
Esto, a su vez, ha contribuido a una drástica disminución de los casos de cólera, no se han reportado casos desde mediados de junio. Para aumentar la capacidad de distribución de agua en los campos ubicados fuera de las orillas del lago, se construyó un oleoducto de 3.5 km. Éste conecta la planta de tratamiento de agua de Bulengo con el campo para personas desplazadas en Lushagala.
“Además del agua que fluye directamente a través de los grifos en Bulengo, Elohim y Lushagala, distribuimos alrededor de 800 mil litros de agua potable diariamente a camiones que vienen directamente a la estación a buscar el agua. Sin embargo, la población en los campos sigue viviendo con solo 5 litros de agua al día, a pesar de que tenemos la capacidad de tratar más agua”, explica Jackson.
En un contexto en el que el sistema de suministro de agua que instalamos desde MSF se estableció como respuesta de emergencia, es urgente que otros actores humanitarios y las autoridades congoleñas hagan más para mejorar el acceso al agua y la higiene en los campos en Goma. Particularmente a través de la construcción de infraestructuras más sostenibles como sistemas de tuberías y la instalación de plantas de tratamiento de agua.
Nuestros equipos también distribuyen agua mediante camiones en los campos para personas esplazadas en Rusayo, Shabindu, Munigi y Kanyaruchinya. En Rusayo, la reciente instalación de una tercera plataforma capaz de distribuir hasta 200,000 litros de agua al día ha brindado alivio a algunos de los residentes del campamento.
“Nuestro objetivo es distribuir 600 mil litros de agua diarios gracias a estas tres plataformas”, explica Nathan Muhindo, supervisor de agua y saneamiento de MSF. Al norte de la ciudad de Goma, nuestros equipos también han distribuido 320 millones de litros de agua en el campamento de Kanyaruchinya desde julio de 2022. Actualmente están realizando perforaciones en el campo de Munigi para planificar la instalación de un sistema de distribución de agua más sostenible.
Nuestros equipos intervienen en campos para personas internamente desplazadas alrededor de Goma. Brindan atención médica gratuita, suministran agua potable y construyen letrinas y duchas para responder a las necesidades más urgentes de la población.
Desde Médicos Sin Fronteras también hemos respondido a epidemias de cólera y sarampión en los campos a través de la atención médica y la organización de campañas de vacunación. En el norte de Kivu, continuamos brindando atención médica esencial gratuita en las zonas de salud de Rutshuru, Kibirizi, Bambo, Binza, Mweso, Masisi y Walikale.