Dos personas que brindaban información a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) desde el interior del Cártel de Sinaloa fueron presuntamente asesinadas en México.
De acuerdo con información recuperada por el senador republicano Chuck Grassley, los dos individuos proporcionaban información a la agencia sobre la red de narcotráfico a cargo de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Chapitos”.
Ambos eran identificados como cooperadores, una categoría del sistema estadounidense otorgada a presuntos delincuentes que aceptan colaborar para obtener beneficios en procesos judiciales mientras aportan información para fortalecer un caso, según detalla el diario Reforma.
En una carta enviada la semana pasada, Grassley cuestionó a la fiscal general adjunta del Departamento de Justicia, Lisa Monaco, por frenar las operaciones de arresto e intentos de acusaciones en contra de los “Chapitos” por parte de agencias federales para favorecer el caso de la DEA que comenzó a desarrollarse en el Distrito Sur de Nueva York.
“De acuerdo con esta información, en el momento de las instrucciones de su oficina, dos cooperadores introducidos por la DEA en la red Chapitos habían sido asesinados en México. A pesar de estas muertes, su oficina habría dado más tiempo a la DEA para desarrollar su investigación unilateral”, acusó el senador en la carta fechada el pasado 21 de agosto, que está disponible en su sitio oficial.
También señaló a la directora de la DEA, Anne Milgram, de justificar estas acciones afirmando que ninguna agencia había acusado a los “Chapitos” o a su red de tráfico de fentanilo antes que ellos.
Un informe del Departamento de Justicia del pasado 14 de abril, reveló que durante el último año y medio, la DEA se infiltró proactivamente en el Cártel de Sinaloa y la red “Chapitos”, obteniendo un acceso sin precedentes a los niveles más altos de la organización.
El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó la operación de abusiva y prepotente e insinuó que se llevó a cabo sin consentimiento del Gobierno Federal.
“Una intromisión abusiva, prepotente, que no debe de aceptarse bajo ningún motivo, cómo van a estar espiando, que no hasta bajaron un globo de China ya en Estados Unidos, nosotros no hacemos eso pero no se pueden estar utilizando actos de espionaje, además para saber qué están haciendo nuestras instituciones de Seguridad”, sentenció unos días después.
Sin embargo, adelantó que su gobierno no emitiría reclamo alguno contra la agencia sino que ambos gobiernos seguirían colaborando para combatir el tráfico de fentanilo.