El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, regresaba el domingo a casa tras un viaje de seis días que provocó preocupaciones globales sobre acuerdos de transferencia de armas entre dos países sumidos en confrontaciones separadas con Occidente.
El tren blindado de Kim se puso en camino mientras sonaba la marcha patriótica rusa ‘El adiós de Slavianka’ tras una ceremonia de despedida en la estación ferroviaria de Artyom, una ciudad en el Lejano Oriente de Rusia, a unos 200 kilómetros de la frontera con Corea del Norte, indicó la agencia estatal rusa de noticias RIA.
Funcionarios de alto nivel como el ministro ruso de Recursos Naturales, Alexander Kozlov, y el gobernador regional de Primorye, Oleg Kozhemyako, estuvieron presentes en la ceremonia, en la que una banda militar rusa tocó los himnos nacionales de Rusia y Corea del Norte.
Tras llegar a Rusia el pasado martes 12 de septiembre en su primer viaje al extranjero en más de cuatro años, Kim se reunió con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y visitó importantes sedes militares y tecnológicas. La agenda del domingo fue más distendida, con una visita a una universidad y un espectáculo de animales en un acuario ruso.
Medios estatales rusos publicaron videos en los que se veía a Kim —vestido con traje negro y acompañado por miembros destacados de su gobierno— hablando con funcionarios rusos a través de traductores, mientras caminaba por el campus de la Universidad Federal del Lejano Oriente en la isla Russky.
Más tarde se vio a Kim en el Acuario Primorsky de la isla, el más grande de Rusia, donde vio un espectáculo con belugas, delfines, focas y ‘Misha’ la morsa, que pareció disfrutar especialmente, según medios estatales rusos.
La agenda de Kim Jong Un en Rusia
El viaje de Kim, que tuvo como pieza central una cumbre con Putin el miércoles 13 de septiembre, ha subrayado cómo se alinean sus intereses ante distintas y crecientes disputas con Occidente. Autoridades estadounidenses y surcoreanas han dicho que Corea del Norte podría proporcionar municiones que Moscú necesita con urgencia para su guerra en Ucrania, a cambio de tecnología armamentística sofisticada de Rusia que podría impulsar las ambiciones nucleares de Kim.
Un día después de visitar una planta de aeronaves en Komsomolsk-on-Amur que produce los cazas más potentes de Rusia, Kim viajó el sábado 16 de septiembre a un aeropuerto cerca de Vladivostok, donde el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y otros mandos militares le mostraron de cerca bombarderos estratégicos y otros aviones de combate rusos.
Todos los aviones rusos de combate mostrados a Kim estaban entre los que se han utilizado en la guerra en Ucrania, como los bombarderos Tu-160, Tu-95 y Tu-22 que han lanzado misiles de crucero de forma regular.
Las visitas de Kim a instalaciones militares y de tecnología esta semana podrían apuntar a lo que quiere de Rusia el mandatario norcoreano, quizá a cambio de suministrar municiones para reponer las menguantes reservas de Putin conforme su invasión en Ucrania se convierte en una prolongada guerra de desgaste.
La reunión de Kim con Putin se celebró en el principal puerto espacial en Rusia, un lugar que apuntaba a su interés en conseguir asistencia rusa para su búsqueda de activos espaciales de reconocimiento y tecnología de misiles.
Los expertos han señalado una posible cooperación militar entre los dos países podría incluir esfuerzos para modernizar la anticuada fuerza aérea norcoreana, que depende de aviones enviados por la Unión Soviética en la década de 1980.