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Jefes de Wall Street se plantan a Biden: ¿Por qué hubo tensión en el Capitolio?

La administración de Joe Biden quiere establecer normas para exigir a los grandes bancos aumentar sus reservas de capital casi el 20% para garantizar que pueden sobrevivir a otra crisis.

Los directivos de JPMorgan, Bank of America, Citigroup y Goldman Sachs, los mayores bancos del Wall Street, dieron el golpe más directo hasta el momento a los planes de la administración de Joe Biden de obligarlos a reservar más capital para amortiguar pérdidas.

Los banqueros pasaron al ataque en el Capitolio, luego de más de una década de jugar a la defensiva en las audiencias de supervisión del Comité Bancario del Senado, y seis meses después de que el colapso de varias entidades generara preocupación por la salud de la industria financiera. Uno por uno, los ejecutivos dijeron a los legisladores que sus instituciones eran seguras y que los estadounidenses terminarían pagando el precio si se promulgaban normas más estrictas.

La oposición se refiere a las normas que fueron propuestas en julio por la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y la Oficina del Contralor de la Moneda, que consistía en exigir a los grandes bancos aumentar sus reservas de capital en casi un 20 por ciento para garantizar que pueden sobrevivir a otra crisis. La Fed y otros reguladores afirman que los cambios pueden ayudar a evitar turbulencias como las quiebras que sufrieron este año algunos bancos regionales, tema que los ejecutivos rebaten.

Los argumentos de los banqueros ya han convencido a muchos de los republicanos. En la audiencia de este miércoles 6 de diciembre, Mike Rounds, que representa a Dakota del Sur, pidió a los directores ejecutivos de los bancos que levantaran la mano si creían que la normativa propuesta afectaría negativamente a los compradores de vivienda por primera vez, a las personas que ahorran para la jubilación, a los agricultores, ganaderos y a los propietarios de pequeñas empresas.

Todos los CEOs levantaron la mano y dieron ejemplos de situaciones en las que las normas propuestas podrían aumentarían los precios o reducirían la disponibilidad de préstamos.

El director ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, también intentó convencer a los legisladores de que el ciudadano promedio pagaría el precio del efecto acumulativo de las normas propuestas.

“Su vivienda local asequible o el plan de pensiones de Montana”, dijo Dimon. “Todas estas cosas se filtrarán y se volverán más caras”.

Las normas son “punitivas para el crecimiento económico” y no consideran adecuadamente los riesgos, añadió David Solomon, de Goldman Sachs. La directora ejecutiva de Citigroup, Jane Fraser, James Gorman, de Morgan Stanley, y Charlie Scharf, de Wells Fargo, también presentaron argumentos similares.

La audiencia fue menos combativa que en el pasado, incluso Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, quien es una de las críticas más duras a los bancos, centró sus preguntas en si la industria de las criptomonedas debería cumplir las mismas normas contra el lavado de dinero así como lo hacen los bancos. Los directores ejecutivos coincidieron con ella.

Por otra parte, el republicano de Ohio, JD Vance, presentó un gráfico impreso titulado ‘Acciones y compromisos de los 8 bancos de importancia sistémica mundial de EE. UU’ y dijo que los grandes bancos a menudo han contado con el apoyo de los republicanos a la hora de oponerse a regulaciones onerosas, y advirtió que ese apoyo sería más difícil de conseguir si las empresas seguían influyendo en temas como las leyes de identificación de votantes y las políticas sobre combustibles fósiles.

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