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Sismo en Japón: ¿Qué es la licuefacción de suelos, fenómeno que también ocurrió en México en 1985?

Los sismos en Japón suelen provocar el fenómeno de licuefacción debido a las características del suelo.

Edificio volcado en Japón tras el sismo de magnitud 7.6 que se presentó el 1 de enero de 2024. (Mainichi)

Una serie de sismos y uno más intenso, de magnitud 7.6, sacudieron Japón el primer día del Año Nuevo. Un fenómeno que ha dejado al menos 55 personas muertas, así como miles de edificios, vehículos y embarcaciones dañadas al oeste de la isla.

Algunos de los impactantes videos que circulan en redes sociales sobre el sismo de mayor magnitud muestran carros meciéndose en un estacionamiento, personas resguardándose con calma en una estación de metro, o un enorme puente vehicular que contuvo el movimiento y que exhibe los avances en diseño de infraestructuras urbanas que han alcanzado los japoneses.

Mientras que otros videos ilustran ciertos fenómenos asociados a los sismos y que varios expertos se han dado a la tarea de explicar. Uno de ellos ha sido la licuación o licuefacción de suelos, el cual consiste en el desplazamiento de terrenos porosos como si se tratara de un fluido.

De acuerdo con la Red Sismológica Nacional de Costa Rica, la licuefacción es un “fenómeno en el cual los terrenos, a causa de saturación de agua y particularmente en sedimentos como arena o grava, pierden su firmeza y fluyen como resultado de los esfuerzos provocados en ellos debido a los temblores”.


Este fenómeno, según indica la institución, es una causa mayor de destrucción relacionada con los terremotos, ya que es capaz de desplazar, hundir o incluso volcar infraestructuras.

El geólogo independiente Alejandro S. Mendez explicó a través de su cuenta de X que, durante el sismo de magnitud 7.6 en Japón, la licuefacción provocó que algunos edificios completos se volcaran y en otros casos, aumentó la flotabilidad de ciertas estructuras subterráneas, llegando a elevar alcantarillas por encima de la superficie.

El especialista recordó que este mismo fenómeno se presentó durante el sismo de magnitud 8.1 que sacudió la Ciudad de México en 1985. Sobre la calle de Zacatecas esquina con Orizaba, en la colonia Roma, un edificio que se encontraba en un suelo susceptible a licuefacción se volcó y una gran parte de su base quedó expuesta, como si hubiese sido arrancado del suelo.

Pero esta no es la primera vez que este fenómeno se presenta en Japón. Durante el terremoto de 1964 en Niigata, la licuefacción de suelos provocó que las cimentaciones de los edificios se asentaran o inclinaran, que grandes áreas de suelo se extendieran lateralmente e hizo flotar hacia la superficie tanques de almacenamiento subterráneos, describió la ingeniera geotecnista Carolina Hernández en un artículo publicado en Medium.


Tras el terremoto del 11 de marzo de 2011, el más fuerte desde que se tienen registros, se descubrió un significativo nivel de licuefacción en el suelo de la isla que sorprendió a investigadores por su severidad generalizada, incluso a aquellos acostumbrados a grandes catástrofes, informó la revista Noticias de la Ciencia y Tecnología.

De acuerdo con la publicación, en un informe preliminar presentado por el Equipo de Reconocimiento Geotécnico de Eventos Extremos (GEER por sus siglas en inglés) se determinó que la extensión geográfica de la licuefacción del suelo japonés fue muy amplia y abarcó cientos de kilómetros.

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