El ejército estadounidense anunció este domingo el envío de soldados para reforzar la seguridad en la embajada de Estados Unidos en Haití y permitir la salida del personal no esencial.
Las aeronaves viajaron al recinto de la embajada, indicó el Comando Sur de Estados Unidos, lo que significa que el esfuerzo involucró helicópteros. Aseveró que “no había ningún haitiano a bordo de las aeronaves”, una observación que al parecer pretende disipar cualquier especulación de que altos funcionarios del gobierno haitianos podrían huir en un momento en que empeoran los ataques de pandillas en Haití.
El barrio alrededor de la embajada en la capital, Puerto Príncipe, está controlado en gran parte por pandillas.
“Este puente aéreo de personal dentro y fuera de la embajada es consistente con nuestra práctica estándar para aumentar la seguridad de las embajadas en todo el mundo, y no había haitianos a bordo de las aeronaves”, según el comunicado del Comando Sur.
En muchos casos, el personal no esencial puede incluir a las familias de los diplomáticos, pero la embajada ya había ordenado la salida del personal no esencial y de todos los familiares en julio. Es posible que el personal trasladado fuera de la embajada simplemente haya estado rotando para ser reemplazado por personal nuevo.
El comunicado del domingo indicó que Estados Unidos sigue decidido a ayudar a la policía haitiana y organizar algún tipo de despliegue de seguridad autorizado por Naciones Unidas. Pero esos esfuerzos han sido infructuosos hasta ahora.
Exigen renuncia del ministro de Haití
El asediado primer ministro de Haití, Ariel Henry, viajó recientemente a Kenia para impulsar el despliegue, respaldado por la ONU, de una fuerza policial del país de África Oriental para combatir las pandillas en su nación. Pero un tribunal keniano dictaminó en enero que tal despliegue es inconstitucional.
Henry, a quien se le exige que renuncie a su cargo o forme un consejo de transición, sigue sin poder regresar a casa. Llegó a Puerto Rico el martes 5 de marzo, luego que no pudo aterrizar en República Dominicana, que comparte frontera con Haití.
Los mandatarios caribeños convocaron una reunión de emergencia para el lunes 11 de marzo en Jamaica sobre lo que catalogaron como una “terrible” situación de Haití. A la reunión han invitado a Estados Unidos, Francia, Canadá, Naciones Unidas y Brasil.
Los miembros del bloque comercial regional CARICOM han estado intentando durante meses lograr que los actores políticos en Haití acepten formar un gobierno de unidad de transición.
La Comunidad del Caribe (CARICOM) señaló el viernes que si bien los gobernantes regionales siguen profundamente comprometidos en intentar reunir a los partidos de oposición y a los grupos de la sociedad civil para formar un gobierno de unidad, “las partes interesadas aún no están donde necesitan estar”.
“Estamos muy conscientes sobre la urgente necesidad de llegar a un consenso”, se lee en el comunicado. “Hemos dejado claro a las respectivas partes que el tiempo no está de su lado a la hora de acordar el camino a seguir. Según nuestros informes, la situación en el lugar sigue siendo terrible y nos preocupa seriamente”.
En febrero, Henry accedió celebrar elecciones generales para mediados de 2025, y la comunidad internacional ha tratado de encontrar alguna fuerza armada extranjera dispuesta a luchar contra la violencia de las pandillas allí.
CARICOM también ha presionado a Henry para que anuncie mientras tanto un gobierno de consenso y de poder compartido, pero el primer ministro aún no lo ha hecho, pese a que los partidos de oposición haitianos y grupos de la sociedad civil exigen su renuncia.
Henry, un neurocirujano, fue nombrado primer ministro de Haití tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021.
Se desconoce si Henry estará en Jamaica para la reunión de CARICOM.
Lucha contra las pandillas en Haití
Mientras tanto, en Puerto Príncipe, la policía y los guardias de palacio se movilizaron el sábado 9 de marzo para retomar algunas calles de la capital, después que pandillas lanzaron importantes ataques contra al menos tres comisarías.
Guardias del Palacio Nacional acompañados por un camión blindado intentaron establecer un perímetro de seguridad alrededor de una de las tres estaciones del centro después que la policía repeliera un ataque de pandillas el viernes 8 de febrero por la noche.
El sábado continuaron los disparos esporádicos y una mujer se retorcía de dolor en la acera del centro de Puerto Príncipe con una herida luego que una bala perdida la alcanzara en la pierna.
Los implacables ataques de las pandillas han paralizado al país durante más de una semana y han causado una escasez de productos básicos. Las autoridades haitianas extendieron el jueves el estado de emergencia y el toque de queda nocturno al tiempo que las pandillas continuaban atacando instituciones estatales clave.
Pero los haitianos promedio, muchos de los cuales se han visto obligados a abandonar sus hogares por los sangrientos combates callejeros, no pueden esperar. El problema para la policía a la hora de proteger los edificios gubernamentales es que muchos haitianos han entrado en ellos en busca de refugio.
“Nosotros somos los que pagamos impuestos y necesitamos un refugio”, dijo una mujer, que no dio su nombre por razones de seguridad.
Otro residente de Puerto Príncipe, que tampoco dio su nombre, describió los ataques del viernes.
“Ellos (las pandillas) vinieron con armas largas. No tenemos armas y no podemos defendernos. Todos nosotros, los niños, estamos sufriendo”, denunció el hombre.