El presidente de Rusia, Vladimir Putin, reclamó “un castigo justo” para los presuntos terroristas detenidos por el atentado del pasado viernes en un auditorio de las afueras de Moscú, que causó al menos 139 víctimas mortales y cerca de 200 heridos.
Putin, que el lunes reconoció la participación islamista pero señaló a Ucrania como autor intelectual del ataque, ha afirmado durante una reunión de la Fiscalía que los fiscales deben hacer “todo lo necesario” para que los detenidos reciban “un castigo justo, como exige la ley rusa”.
El presidente ha reiterado que las autoridades están ahora investigando “cuidadosamente” todos los detalles de este ataque, así como el grado de participación de cada sospechoso. El Comité Nacional Antiterrorista coordina estas pesquisas, en las que también participa el Servicio Federal de Seguridad (FSB).
El FSB ha asegurado que los terroristas intentaron huir en dirección a Ucrania, pero la parte ucraniana ha negado cualquier implicación y, de hecho, la filial de Estado Islámico en Afganistán ha divulgado varios mensajes para dejar clara la autoría del asalto.
Sin embargo, este mismo martes el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, ha insistido en que, “por supuesto”, Ucrania es responsable del atentado, según declaraciones recogidas por las agencias de noticias rusas.
Rusia descarta ayuda de la Interpol
Lo que sí parece claro a estas alturas es que Moscú no dejará que ningún país occidental se implique en las investigaciones. El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ha afirmado que Rusia no necesita ningún tipo de ayuda de estructuras como Interpol.
“Ya hemos iniciado nuestra propia investigación, con bastante eficacia y rapidez”, ha alegado, en unas declaraciones a los medios en las que ha anticipado que una potencial intervención de actores externos daría pie a un “doble rasero” y, “muy probablemente”, serviría para promover teorías “convenientes” para las tesis occidentales.