El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se lanzará contra la economía de China debido a que este miércoles propondrá aumentar drásticamente los aranceles a las importaciones de acero y aluminio, así lo revelaron funcionarios de la Casa Blanca.
A través de un discurso que se realizará desde la sede del gremio siderúrgico en Pittsburgh, el presidente Biden solicitará a la directora de Comercio Exterior, Katherine Tai, analizar la posibilidad de incrementar el arancel del 7.5 por ciento hasta el 25 por ciento.
Esta no es la primera vez que Estados Unidos se lanza contra la economía de China, debido a que durante el gobierno de Donal Trump se impuso un gravamen del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 por ciento para el aluminio.
Desafortunadamente el incremento en los gravámenes también impactarían en la economía estadounidense, debido a que podrían reducir un 0.6 por ciento la demanda de acero, así lo explicó un funcionario para el diario The Wall Street Journal.
Pero los subsidios y programas del gobierno de China permiten que los precios del acero sean hasta un 40 por ciento más bajos en comparación con Estados Unidos, por lo que el gobierno de Biden está preocupado por que esto genere un aumento sustancial de las exportaciones chinas.
Por su parte, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, expresó su preocupación porque los subsidios del gobierno de China están generando una oferta que supere la demanda de productos de energía limpia y esto desplaza a la competencia al reducir los precios, así lo consideró la semana pasada durante su visita a China.
Biden sostuvo llamada telefónica con Xi
Joe Biden sostuvo una conversación con Xi Jinping, fue la primera llamada entre los dos líderes desde julio de 2022 y la primera desde la reunión que mantuvieron en noviembre del año pasado en San Francisco y en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
El objetivo de Biden, según la Casa Blanca, era “hacer un chequeo” con Xi en un intento de que las dos potencias mantengan el contacto y de evitar que un incidente desemboque en una crisis de consecuencias impredecibles.
El Gobierno chino también consideró la llamada como positiva para la estabilidad global, aunque Xi dejó claro su malestar con las restricciones que Biden ha impuesto a la exportación a China de tecnología estadounidense para el desarrollo de inteligencia artificial o en el área de semiconductores.
Xi avisó a Biden que su Gobierno “no está reduciendo riesgos sino creándolos” con sus restricciones tecnológicas y advirtió que China “no se quedará de brazos cruzados” si Washington insiste en seguir suprimiendo el “legítimo derecho al desarrollo”.