El Ejército de Israel dijo este miércoles que ha vuelto a cerrar el cruce de Kerem Shalom, en el sur de la Franja de Gaza, tras un supuesto nuevo ataque de Hamás, limitando aún más la entrada de ayuda humanitaria al devastado enclave palestino.
“Hoy Hamás atacó Kerem Shalom, la tercera vez esta semana”, dijo a EFE un portavoz militar, que insistió en que Israel quiere que entre ayuda al enclave.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) avisó hoy de que no estaba entrando ningún tipo de ayuda a Gaza, a pesar del anuncio de las autoridades israelíes de que esta mañana habían reabierto Kerem Shalom y estaban inspeccionando camiones con ayuda.
El cruce, uno de los dos puntos hacia el sur de Gaza, fue clausurado por el Ejército tras un ataque con cohetes de Hamás contra una base militar cercana el domingo, según el grupo islamista, en el que murieron cuatro soldados.
Jonathan Fowler, un portavoz de UNRWA, confirmó hoy a EFE que en todo el día no se ha distribuido nada de ayuda en toda la Franja de Gaza, pese a que el Ejército dijo que Kerem Shalom estaba abierto para la ayuda humanitaria.
Israel suele contabilizar todos los vehículos que llegan a los puestos militares para ser inspeccionados como entradas de camiones con ayuda humanitaria, sin que esto signifique que los vehículos en cuestión han sido distribuidos.
“Nada de combustible o ayuda ha entrado en la Franja de Gaza y esto es desastroso para la respuesta humanitaria”, aseguró hoy Fowler.
El cruce de Rafah, en el extremo meridional de la Franja, también se encuentra cerrado después de que el Ejército israelí lo tomara como parte de una operación militar en el este de la localidad, en la que han muerto decenas de personas tras dos días de intensos bombardeos.
El cierre de ambos pasos aboca a las decenas de miles de palestinos desplazados en la zona a una catástrofe humanitaria todavía mayor, según advirtieron en los últimos días multitud de organismos internacionales.
Norte de Gaza ya está en situación de hambruna total
De acuerdo con la ONU, el norte de Gaza está ya en una situación de “hambruna total”. Estados Unidos detuvo la semana pasada un envío de bombas a Israel ante la preocupación de que el gobierno pudiese estar cerca de tomar una decisión sobre un asalto a gran escala en Rafah, la ciudad más meridional del territorio, en un nuevo aumento de las divisiones entre los dos estrechos aliados.
Washington dice estar preocupado por el destino de los alrededor de 1.3 millones de palestinos hacinados en la ciudad, la mayoría de los cuales huyeron de los combates en otras zonas de la Franja.
Israel sostiene que Rafah es el último bastión de Hamás y que se necesita una ofensiva más amplia para desmantelar las capacidades militares y de gobierno del grupo insurgente.
Mientras, Estados Unidos, Egipto y Qatar están intensificando sus esfuerzos para eliminar las diferencias para un posible acuerdo que permita, al menos, un alto el fuego temporal y la liberación de algunas de las docenas de rehenes que siguen en manos de Hamás. Israel ha ligado la amenazada operación sobre Rafah con el resultado de esas negociaciones.
El director de la CIA, William Burns, quien ha recorrido la región para mantener conversaciones acerca de una posible tregua, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato para discutir las negociaciones a puerta cerrada.
Con la toma de Rafah, Israel controla ahora todos los cruces fronterizos de la Franja por primera vez desde la retirada de sus tropas y colonos del territorio hace casi dos décadas, aunque durante casi todo este tiempo ha mantenido un bloqueo sobre el territorio con la cooperación de Egipto.
El cruce de Rafah ha sido un punto vital para la llegada de una ayuda humanitaria crucial desde el inicio de la guerra y es el único lugar por el que se puede entrar y salir de Gaza. Kerem Shalom es la principal terminal de mercancías del enclave.