El Ejército chino continúa, este viernes, con los ejercicios militares que inició el jueves alrededor de Taiwán, y que en esta jornada incluirán “operaciones integradas dentro y fuera del archipiélago y prueba de las capacidades conjuntas de toma del poder”, de acuerdo con fuentes castrenses.
El portavoz del Comando del Teatro Oriental, Li Xi, adelantó en un comunicado que las maniobras —bautizadas como Joint Sword— 2024A (“espada unida” en inglés) consistirán también en “ataques conjuntos y control de áreas clave”.
La acción militar de China tiene lugar en la misma semana en que asumió la presidencia de Taiwán William Lai (Lai Ching-te), considerado un “alborotador” por Pekín y quien el jueves pidió calma a la población, movilizó a las fuerzas armadas de la isla y aseguró que su Gobierno protegerá con “determinación” la democracia taiwanesa.
Las maniobras incluyeron la participación de al menos 42 aviones y 31 barcos chinos en los alrededores de la isla y sus archipiélagos periféricos, según el Ministerio taiwanés de Defensa.
De esos 42 aviones, 28 de cruzaron la línea divisoria del Estrecho de Taiwán, una frontera no oficial que había sido respetada por Pekín y Taipéi durante décadas antes de 2022, o penetraron en la autoproclamada Zona de Identificación Aérea (ADIZ) taiwanesa, la cifra más elevada en lo que va de año, según la cartera isleña.
Las fuerzas armadas chinas definieron los ejercicios como un “fuerte castigo” a los “actos separatistas” de quienes buscan “la independencia de Taiwán”, mientras que la Cancillería del gigante asiático aseguró que se trata de movimientos “legítimos y necesarios”.
El Ministerio de Exteriores taiwanés reiteró que la isla “continuará defendiendo su creencia en la democracia” y no cambiará “debido a la coerción” de China.
China recurre a este tipo de maniobras por cuarta vez desde 2022, cuando llevó a cabo las primeros de este calibre en respuesta a la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, que enfureció a Pekín y elevó la tensión en el estrecho a límites inéditos en décadas.
La isla autogobernada, cuya soberanía Pekín reclama, es uno de los principales motivos de fricción entre China y EE. UU., ya que el país norteamericano es el principal proveedor de armas de Taiwán y podría intervenir para defenderla en caso de conflicto.