La Corte Internacional de Justicia (CIJ) exigió este viernes a Israel que detenga de inmediato su ofensiva militar en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, y advirtió de que la situación actual derivada de esa operación militar implica un “mayor riesgo de causar un daño irreparable” a los palestinos para evitar un genocidio.
Además, pidió a Israel “asegurar el acceso sin impedimentos” a Gaza de “cualquier comisión de investigación” para “investigar las denuncias de genocidio” contra el Ejército y Gobierno israelíes, y le ordenó “mantener abierto” el cruce de Rafah para el acceso de la ayuda humanitaria a la Franja.
“La catastrófica situación humanitaria en la Franja de Gaza se ha deteriorado y lo ha hecho aún más” desde que el tribunal adoptó su orden del 28 de marzo, dijo el panel de jueces después de escuchar los argumentos de ambas naciones. “Y la situación humanitaria debe considerarse desastrosa”, afirmó el tribunal.
Si bien es poco probable que Israel cumpla con dicha orden, aumentará la presión sobre el país cada vez más aislado.
Aumenta presión contra Israel por guerra en Gaza
Las críticas a la conducta de Israel en la guerra en Gaza han ido en aumento, incluso de su aliado más cercano, Estados Unidos, que advirtió contra una invasión de Rafah —donde cientos de miles de palestinos han buscado refugio de los combates registrados en otros puntos de la Franja de Gaza.
Tan solo esta semana, tres países europeos anunciaron que reconocerían un Estado palestino, y el fiscal jefe de otro tribunal de la ONU solicitó órdenes de arresto para mandatarios israelíes y funcionarios de Hamás.
El fallo de este viernes representa la tercera vez este año que el panel de 15 jueces de la Corte Internacional de Justicia emite órdenes preliminares buscando controlar el número de muertos y aliviar el sufrimiento humanitario en Gaza.
Si bien el fallo es un duro golpe para la posición internacional de Israel, la corte no tiene una fuerza policial para hacer cumplir sus órdenes.
Israel niega genocidio en Gaza
La solicitud de alto el fuego forma parte de un caso presentado a finales del año pasado por Sudáfrica acusando a Israel de cometer genocidio durante su campaña en Gaza.
Israel niega con vehemencia las acusaciones. El caso tardará años en resolverse, pero Sudáfrica desea que se emitan órdenes provisionales para proteger a los palestinos mientras continúa la disputa legal.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, también está bajo una fuerte presión interna para poner fin a la guerra, que se desencadenó cuando milicianos liderados por Hamás irrumpieron en Israel, matando a mil 200 personas, la mayoría civiles, y tomando cautivos a unas 250 más.
Miles de israelíes se han unido a las manifestaciones semanales pidiendo al gobierno que llegue a un acuerdo para traer a los rehenes a casa, por temor a que se acabe el tiempo.
*Con información de EFE y Bloomberg