Israel está ampliando sus operaciones militares en Rafah contra Hamás y dice que un millón de civiles ya se han mudado de la ciudad en el sur de Gaza.
“Estamos fortaleciendo nuestros esfuerzos en Rafah”, dijo el jueves el ministro de Defensa, Yoav Gallant. “Esta operación crecerá, con más fuerzas en tierra y más fuerzas desde el aire”.
Israel está operando con cuidado y precisión, según el portavoz militar Daniel Hagari, en medio de preocupaciones de Estados Unidos y otros países sobre la amenaza a la población local.
La ciudad, que limita con Egipto, tenía alrededor de 1.4 millones de civiles antes de que el ejército israelí comenzara a instarlos a abandonar la ciudad a principios de mayo. La mayoría de esas personas huyeron allí después de que estalló la guerra entre Israel y Hamas en octubre, algo que Israel alentó cuando sus fuerzas se concentraron inicialmente en las zonas del norte de la Franja de Gaza.
El primer ministro Benjamín Netanyahu se comprometió a permitir la evacuación de los civiles antes de un ataque terrestre a Rafah, que Israel describe como el último bastión de Hamás. Según funcionarios israelíes, varios miles de combatientes y altos dirigentes del grupo islamista, así como los rehenes que mantiene, se encuentran allí.
Aun así, la operación es profundamente controvertida, ya que muchos de los aliados de Israel quieren que se acuerde un alto el fuego y dicen que las condiciones en las zonas a las que se les dice a los civiles que se trasladen, como los campamentos de tiendas de campaña al norte de Rafah, son terribles.
Las tropas israelíes están operando principalmente en las afueras de Rafah, pero se están adentrando más en la ciudad a medida que más civiles se van.
El avance se produce cuando Israel dijo que reactivaría las conversaciones de alto el fuego con Hamás después de que un video en las redes sociales que mostraba el secuestro de mujeres soldados israelíes provocara una protesta pública. Las imágenes sirvieron como recordatorio en Israel de los rehenes que permanecen cautivos en Gaza luego de su secuestro durante el ataque del 7 de octubre por parte de Hamás, que desencadenó el conflicto en curso.
“Alcanzaremos nuestros objetivos de golpear muy duro a Hamás, de negarle sus capacidades militares, hasta el punto de crear todas las condiciones para facilitar el regreso de los rehenes”, dijo Gallant, hablando desde un barco de la marina frente a la costa de Gaza.
Las conversaciones sobre una tregua y la liberación de rehenes se han estancado en gran parte porque Hamás quiere que el alto el fuego sea permanente. Israel dice que sólo puede durar unas pocas semanas porque la guerra debe continuar hasta que Hamás sea destruido o se rinda.
Gallant se unió a una patrulla naval para revisar el esfuerzo militar así como la entrega marítima de ayuda humanitaria a los civiles palestinos, dijo.
A principios de esta semana, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional dijo que está solicitando órdenes de arresto para Gallant, así como para Netanyahu y los líderes de Hamás por cargos de crímenes de guerra. Funcionarios israelíes y estadounidenses dijeron que la medida contra el primer ministro y su ministro de defensa era escandalosa y estaba fuera del alcance de la CPI.
Los combatientes de Hamas mataron a unas mil 200 personas en el sur de Israel y tomaron como rehenes a 250 en su ataque del 7 de octubre desde Gaza. Israel mató a más de 35 mil personas con su ofensiva aérea y terrestre en territorio palestino, según el Ministerio de Salud dirigido por Hamás.