Mark Berzins tiene dificultades para encontrar suficiente personal de cocina para sus 17 bares y restaurantes en el área de Denver.
La metrópolis tiene una tasa de desempleo ligeramente inferior a la media nacional y una población con un alto nivel educativo que evita el trabajo manual. Si bien algunos empleadores pueden atraer a trabajadores extranjeros a través del programa de visas H1-B, esa no es una opción para cocineros y lavaplatos.
En lugar de eso, Berzins está aprovechando un programa de la ciudad para contratar a solicitantes de asilo, principalmente de América del Sur y Central, que hayan obtenido permisos de trabajo federales. Hasta ahora, ha dado trabajo a una docena de personas en cocinas donde los gerentes hablan español.
“La situación se ha vuelto tan grave que casi todas las cocinas de Denver carecen de personal de manera crónica”, dijo. “Intentan hacer de la universidad una prioridad para los graduados de las escuelas públicas de Denver. Cuando eso sucede, esos no son los cocineros del futuro”.
El programa de Denver y otras iniciativas similares en lugares como Nueva York y Dakota del Norte buscan cerrar la brecha entre las empresas que necesitan trabajadores y los migrantes que están desesperados por conseguir empleos remunerados. Los promotores presentan los programas como una solución beneficiosa para las empresas que tienen dificultades para contratar, un salvavidas para cientos de miles de migrantes que han buscado una nueva vida en Estados Unidos desde 2022 y un alivio para las ciudades y los estados que han reventado los presupuestos para alimentarlos y albergarlos. En resumen, el objetivo es impulsar las economías locales y ayudar a reducir el gasto público.
Política migratoria: tema central para las elecciones en EU
Berzins, un autodenominado “centrista radical” que ha hecho donaciones de campaña tanto a demócratas como a republicanos, intenta mantenerse al margen de la política de inmigración, uno de los principales temas para los votantes de los estados clave en las elecciones presidenciales de este año.
Es consciente de que existe la preocupación de que una ola de recién llegados desplace a los trabajadores nativos, pero dice que no puede encontrar a nadie que cubra sus puestos en la cocina. Sabe que algunas personas ven a los inmigrantes como una carga, en particular en las llamadas ciudades santuario a las que fueron trasladados en autobús, pero señala que permitirles trabajar reducirá la dependencia de las ayudas.
“No se puede tener las dos cosas a la vez: no se puede quejarse y decir que estos tipos son una carga para el sistema y que tenemos que darles alojamiento y todo eso, y luego quejarse cuando aceptan un trabajo para poder pagar sus propios gastos”, dijo Berzins. “Se puede elegir una cosa o la otra”.
El programa de Denver busca ayudar a los solicitantes de asilo con el inglés y las habilidades informáticas, así como con la obtención de la autorización federal para trabajar. Los solicitantes de asilo generalmente pueden obtener permisos de trabajo aproximadamente seis meses después de solicitar el estatus legal, aunque los retrasos en el papeleo pueden retrasar el proceso.
Denver requiere que al menos una persona por hogar participe en el programa si desea recibir servicios de la ciudad, que durante meses ha sido uno de los principales destinos de los migrantes después de llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
En Dakota del Norte, que tiene la segunda tasa de desempleo más baja de Estados Unidos, las autoridades estatales crearon recientemente la Oficina de Inmigración Legal para abordar la escasez generalizada de trabajadores en todas las industrias. En un informe publicado en mayo, la agencia identificó a los recién llegados con autorización de trabajo como un recurso potencial para las empresas locales dispuestas a aceptarlos.
Todavía está en sus primeras etapas, pero la esperanza es que la agencia pueda asesorar a las empresas sobre cómo navegar por el papeleo y ayudar a los recién llegados a aclimatarse al estado escasamente poblado y a sus fríos inviernos.
“Resumo todo en seis palabras”, dijo el senador estatal de Dakota del Norte Tim Mathern, un demócrata que patrocinó la legislación que creó el departamento el año pasado. “Los necesitamos. Ellos nos necesitan”.
Los trabajadores nacidos en el extranjero representan menos del 7 por ciento de la fuerza laboral del estado, en comparación con el promedio nacional de alrededor del 19 por ciento. Aun así, la población nacida en el extranjero casi se triplicó entre 2010 y 2023, según el Banco de la Reserva Federal de Minneapolis.
¿Cuáles son los empleos en donde hay más trabajadores nacidos en el extranjero?
Gran parte de la afluencia se ha concentrado en empleos del sector sanitario, en particular para abordar la escasez de enfermeras tras la pandemia. También ayudó a compensar el efecto que tiene el envejecimiento de la población sobre la fuerza laboral, dijo Erick García Luna, director de extensión regional de la Reserva Federal de Minneapolis.
Mathern reconoció que hay cierta tensión política relacionada con la idea de recibir a los solicitantes de asilo en Dakota del Norte, donde los republicanos han ganado todas las elecciones presidenciales desde 1968. Está decepcionado de que se haya añadido la palabra “Legal” al nombre del departamento durante el proceso legislativo, pero entiende que fue un intento de evitar las críticas. El candidato presidencial republicano Donald Trump ha afirmado repetidamente que los inmigrantes están quitándoles los puestos de trabajo a los estadounidenses.
Él y sus aliados culpan a su oponente demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, de no hacer lo suficiente para frenar las llegadas a la frontera sur.
Un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica, publicado en abril, concluyó que la llegada de inmigrantes entre 2019 y 2022 aumentó marginalmente los salarios de los trabajadores nativos. Otros estudios han descubierto que la inmigración tiende a ejercer una presión a la baja sobre los salarios, en particular para los trabajadores menos calificados. En los primeros tres meses del año, Estados Unidos aprobó unas 380 mil autorizaciones de empleo para solicitantes de asilo, la mayor cantidad en un solo trimestre desde el inicio de la crisis migratoria.
Giovanni Peri, profesor de economía de la Universidad de California en Davis y autor del estudio de la NBER, dijo que el sistema de inmigración estadounidense prioriza a los trabajadores altamente calificados, como los médicos o los que trabajan en el sector tecnológico, pero la escasez de mano de obra es más aguda en los empleos que requieren menos habilidades.
“Trabajadores de la construcción, personal sanitario que no tiene un título universitario, personas del sector de la alimentación y la hostelería... no hay visas reales para que vengan estas personas”, dijo Peri. “La solicitud de asilo es la única forma de que estas personas puedan entrar”.
La ciudad de Nueva York ha visto la llegada de unos 200 mil inmigrantes desde 2022. El Departamento de Trabajo del estado está tratando de conectar a los inmigrantes con permisos de trabajo con empleadores dispuestos a contratarlos. Desde entonces, el estado ha identificado más de 45 mil puestos de trabajo a los que los solicitantes de asilo podrían postularse, en particular en los sectores de la restauración y la hostelería.
Los defensores de los inmigrantes y los grupos industriales dicen que han visto más personas con autorización de trabajo en los últimos meses, lo que significa que las empresas locales pueden poner a estas personas a trabajar.
Piden reducir los tiempos de espera para autorizar empleos en EU
En La Colmena, una organización sin fines de lucro de Staten Island, los inmigrantes pueden obtener la certificación de seguridad necesaria para trabajos de construcción y jornaleros. La organización también está ejecutando un programa piloto que enseña habilidades de hospitalidad para el trabajo en hoteles. La Asociación Estadounidense de Hoteles y Alojamiento, un grupo de interés nacional, aboga por reducir los tiempos de espera para la autorización de trabajo como una forma de abordar la escasez de trabajadores.
Cuando hace dos años aparecieron los primeros autobuses llenos de migrantes en ciudades como Nueva York y Denver, las economías subterráneas de esas ciudades estaban saturadas de posibles jornaleros, repartidores y trabajadores de restaurantes. Ahora, el objetivo es incorporarlos a la economía formal.
El programa WorkReady de Denver tiene 350 personas inscritas. La ciudad ha gastado 74 millones de dólares en la respuesta de emergencia a los migrantes, incluidos unos 90 dólares por persona al día en refugios, y la idea es que ayudar a la gente a conseguir trabajo legal reducirá los costos en general. Hasta ahora, más de 100 empleadores han expresado su interés en contratar a trabajadores elegibles, según Jon Ewing, portavoz de la ciudad.
“El obstáculo es sacarlos del modo supervivencia porque han estado en un refugio desde siempre y ellos dicen: ‘Haremos cualquier cosa por dinero’”, dijo Ewing. “Y nosotros les decimos: ‘No, no, queremos saber qué quieres hacer por el resto de tu vida’”.