La producción petrolera de Irán ha desafiado años de sanciones estadounidenses para volver a casi su capacidad total, una marea de suministro que parece cada vez más vulnerable a medida que aumentan las tensiones con Israel.
Sin embargo, los ataques a la industria petrolera de Irán causarían un gran daño económico al país, ya sea por atacar las refinerías que procesan los suministros de combustible doméstico o las instalaciones de exportación que proporcionan ingresos vitales.
Hay razones por las que Israel puede ser reacio a hacer esto último. Tal medida molestaría a los socios de Tel Aviv, incluidos Estados Unidos, la Unión Europea y los estados del Golfo, dijeron en un informe los analistas de ANZ Group Holdings Daniel Hynes y Soni Kumari.
Pero si Israel ataca las instalaciones de producción de petróleo de Irán, la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados tienen capacidad disponible que podría cubrir cualquier déficit, según ANZ.
Liderado por Arabia Saudita —otro de los rivales regionales de Irán— el grupo ha estado tratando de restaurar parte de la producción que ha detenido desde fines de 2022. Pero como el crecimiento de la demanda mundial de petróleo es moderado y la producción aumenta en otros lugares, la OPEP+ se vio obligada a retrasar sus aumentos planificados por dos meses.
Irán es miembro de la OPEP, pero ha quedado exento de los límites de producción impuestos por el cártel debido a las sanciones estadounidenses. Por ello, el repunte de la producción de Teherán ha estado socavando los esfuerzos del grupo por sostener los precios del crudo mediante la restricción de la producción.
“Junto con la sobreproducción de otros países de la OPEP+, los constantes aumentos iraníes son significativos en conjunto”, dijo Jamal Qureshi, director ejecutivo de estrategia y análisis de la empresa de seguimiento de buques cisterna Petro-Logistics SA. “Eso seguramente ha tenido un gran impacto en el resultado deseado por la OPEP y su objetivo final”.
Porducción petrolera de Irán escala por China y evasiones de EU
La producción de la república islámica ha aumentado un tercio en los últimos dos años hasta alcanzar los 3.4 millones de barriles diarios, ya que los suministros a precios reducidos atrajeron a los compradores chinos, según datos compilados por Bloomberg.
Son solo unos cientos de miles de barriles diarios menos que los niveles bombeados antes de que el entonces presidente Donald Trump volviera a imponer sanciones en 2018.
Con la aprobación tácita de la administración del presidente estadounidense Joe Biden, han podido ingresar barriles iraníes adicionales al mercado, lo que ha ayudado a moderar los precios mundiales del crudo. Incluso cuando las tensiones entre Teherán y Tel Aviv han alcanzado niveles sin precedentes, en un año electoral la Casa Blanca ha priorizado la reducción de los costos de la gasolina por sobre una aplicación más estricta de las sanciones.
“Irán está teniendo éxito en sus exportaciones gracias a un cliente dispuesto en China, a la creciente sofisticación de los canales de transporte ilícitos y al relativamente bajo interés de Estados Unidos en tomar medidas”, dijeron Henning Gloystein y Greg Brew, analistas de Eurasia Group.
El grupo Eurasia no cree que la infraestructura petrolera de Irán sea el principal objetivo de Tel Aviv, pero la posibilidad ha asustado a los mercados. El crudo subió un 5 por ciento el jueves después de que Biden dijera que Estados Unidos estaba discutiendo si apoyar un ataque de ese tipo por parte de Israel. Los futuros del West Texas Intermediate subieron un 1.5 por ciento más a 74,81 dólares el barril en Nueva York.