Israel cree que ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, debería reemplazar a la UNRWA, cuyo mandato se aplica exclusivamente a los refugiados palestinos en Oriente Próximo, dijo este miércoles el ministro de Asuntos de la Diáspora israelí, Amichai Chikli, defendiendo las leyes aprobadas este lunes por el Parlamento (Knéset) para vetar el organismo.
“La UNRWA es parte del problema, no de la solución”, aseguró el ministro (que pertenece al ala dura del Likud, el partido de Benjamín Netanyahu) en un encuentro con la prensa.
En su charla, Chikli insistió en que la ONU ya cuenta con un organismo encargado de dar asistencia a los refugiados en el mundo, y que el estatus singular de los refugiados palestinos, que se aplica a los que perdieron su hogar y su trabajo tras la creación del Estado de Israel en 1948 y a sus descendientes, impide que se resuelva el conflicto, ya que el número de personas bajo su cuidado no hace más que crecer.
Su postura refleja el sentir de gran parte de la sociedad israelí, lo que puede ayudar a explicar el apoyo masivo recabado por las dos leyes aprobadas el lunes para prohibir las actividades de la UNRWA en Israel y para impedir a los organismos públicos israelíes tener contacto con sus empleados.
Las normas recabaron el apoyo de todos los grupos parlamentarios salvo la izquierda y los árabes, ambas fuerzas minoritarias en un Parlamento que suele mostrarse, por lo general, extremadamente dividido.
‘La UNRWA es Hamás’, asegura Israel
Las explicaciones no han servido de nada y la línea oficial de Israel sigue siendo que “la UNRWA es Hamás”, como dijo recientemente un portavoz gubernamental israelí.
En este sentido, Chikli defendió en su charla que la agencia “es parte del ADN palestino que nunca aceptó la legitimidad de un Estado judío”.
En su página web, la UNRWA explica que su cometido es “prestar servicios a los refugiados palestinos” hasta que exista una solución pactada al conflicto palestino-israelí, pero que, al contrario que ACNUR, no tiene potestad para buscar soluciones al desplazamiento de la población palestina, como la repatriación o el retorno a su lugar de origen.
Las misiones de ambas agencias, explica el grupo, son fundamentalmente distintas: la UNRWA da servicios directos (educativos y sanitarios, principalmente) en Cisjordania, Jerusalén Este, Líbano, Jordania y Siria, mientras que ACNUR ofrece asistencia temporal para tratar de integrar a personas que huyen de la violencia o la persecución en países de acogida.
El secretario general de la ONU, António Guterres, fue claro: “No hay alternativa a la UNRWA”, dijo ayer en un mensaje condenando las leyes aprobadas en la Knéset.
Aun así, las autoridades israelíes tienen toda la intención de seguir adelante con su decisión de impedir el funcionamiento de la agencia. “Creo que las leyes se implementarán, y espero que veamos a más países ir en la misma dirección”, dijo Chikli, citando en particular a Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses han pedido a Israel que pause la implementación de las leyes contra la UNRWA, pero lo cierto es que solo Washington ha rechazado retomar su financiación de la agencia, después de que el resto de países que la retiraron tras las acusaciones de Israel decidieran revertir esa decisión.
De momento, las contribuciones de Estados Unidos, el principal donante de la UNRWA, están pausadas por ley hasta 2025.
Hasta entonces, el único presidente estadounidense que había cancelado las contribuciones a la agencia, en 2018, fue Donald Trump.