La mañana de este martes 19 de noviembre el Ministerio de Defensa de Rusia informó sobre un ataque de Ucrania con misiles balísticos; estos son conocidos como ATACMS.
Según el parte de guerra, cinco misiles fueron derribados y los fragmentos de un sexto impactaron en el recinto de una instalación militar en la región fronteriza de Briansk.
En respuesta, Vladimir Putin, presidente de Rusia, firmó una doctrina nuclear revisada que declara que un ataque convencional contra Rusia por parte de cualquier nación que esté apoyada por una potencia nuclear será considerado un ataque conjunto contra su país.
Putin aprobó la nueva política de disuasión nuclear en el día mil desde que envió tropas a Ucrania el 24 de febrero de 2022. La medida seguía a la decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de permitir que Ucrania ataque objetivos dentro de Rusia con misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos.
Así son los misiles ATACMS con los que Rusia atacó a Ucrania
El sistema de misiles tácticos convencionales del Ejército de Tierra (ATACMS, por sus siglas en inglés) es un sistema de ataque superficie-superficie de alta precisión fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin.
Fueron utilizados con gran efectividad por primera vez durante la operación Tormenta del Desierto, entre 1990 y 1991, cuando una coalición liderada por Estados Unidos atacó Irak en respuesta a su invasión de Kuwait.
Los ATACMS disponen de un sistema de navegación inercial asistido por GPS y son propulsados por combustible sólido.
Miden aproximadamente 4 metros de longitud, tienen un diámetro de 60.96 centímetros y cuentan con una ojiva de 226 kilogramos de explosión fragmentada.
Pueden ser lanzados desde una plataforma de lanzamiento múltiple M270 o desde el sistema móvil HIMARS (por sus siglas en inglés).
Estados Unidos suministró a Ucrania los primeros ATACMS en otoño de 2023, pero solo para emplearlos en territorio ucraniano y en una versión con un alcance más reducido que los que han sido enviados en los últimos meses, 165 kilómetros frente a 300.
El pasado 3 de octubre el Ejército de Ucrania informó de la destrucción de un valioso radar ruso modelo Nebo-M mediante un misil ATACMS, aunque no precisó dónde se produjo el ataque.
Pese a la intensa campaña por parte de Kiev para que Washington levantara la prohibición de utilizar estos misiles dentro de Rusia, la Casa Blanca no había cedido hasta ahora y en octubre apostó por una solución alternativa: 800 millones de dólares de ayuda para que la industria militar ucraniana redoblara la producción de armamento de largo alcance.
El 1 de noviembre pasado, Zelenski puso sobre la mesa la posibilidad de atacar con los ATACMS a los soldados norcoreanos que se encuentran en Rusia para combatir del lado de las tropas del Kremlin en Ucrania.
Además de los ATACMS, Ucrania dispone de otros misiles de crucero, los Storm Shadow, suministrados por el Reino Unido, y los SCALP-EG, proporcionados por Francia. Como en el caso anterior, su uso en territorio ruso está prohibido.
Con información de EFE y AP.