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‘Aquí nadie quiso irse’: Redadas ‘rompen’ la imagen de Puerto Rico como ciudad santuario para migrantes

Las autoridades de Puerto Rico intensifican las redadas de migrantes a una escala nunca antes vista.

Un auto policial patrulla en una calle ante una licorería en Barrio Obrero, San Juan, Puerto Rico. (Alejandro Granadillo/AP)

La pastora Nilka Marrero golpeará la mesa, alzará la voz y, si es necesario, sacudirá a sus feligreses mientras interpreta el papel de una agente federal de migración.

Muchos de sus feligreses son migrantes sin permiso de residencia, y ella cree que hacer juegos de roles con ellos puede ayudar a prepararlos para la amenaza de arresto, mientras las autoridades intensifican las redadas de migración a una escala nunca antes vista en Puerto Rico.

“Ellos aparecen y agarran a la gente”, expresó Marrero. Durante décadas, los migrantes indocumentados han vivido en el territorio de Estados Unidos sin temor a ser detenidos.

Se les permite abrir cuentas bancarias y obtener una licencia de conducir especial. Muchos se han sentido lo suficientemente seguros como para abrir sus propios negocios.


¿Cuándo iniciaron las redadas en Puerto Rico?

Entonces, el 26 de enero, comenzaron los arrestos a gran escala. Agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés de Estados Unidos) allanaron una conocida comunidad dominicana de acuerdo a una nueva política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha prometido deportar a millones de personas que han ingresado ilegalmente en el país.

Los arrestos han enfurecido a funcionarios y líderes civiles puertorriqueños que han creado programas para ayudar a los inmigrantes sin permiso de residencia en la isla, muchos de los cuales son de la República Dominicana.

Se estima que 55 mil dominicanos viven en Puerto Rico, aunque algunos expertos creen que el número podría ser aún mayor. No está claro cuántos son indocumentados, aunque unos 20 mil tienen la licencia de conducir especial.

Más de 200 personas han sido arrestadas desde el 26 de enero, casi todos hombres. De los arrestados, 149 son dominicanos, según datos que ICE proporcionó a The Associated Press.


¿Quiénes son los migrantes arrestados en Puerto Rico?

Sandra Colón, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en Puerto Rico, dijo que la agencia se está enfocando en aquellos con antecedentes penales o que han recibido una sentencia final de la corte que deben abandonar el país. Pero dijo que no tenía disponible de inmediato cuántos de los arrestados tienen antecedentes penales.

Annette Martínez, directora de la ACLU de Puerto Rico, dijo que se desconoce a dónde han sido llevados los arrestados o si han sido deportados. “A nosotros nos preocupa los distintos métodos que está usando el ICE para detener”, manifestó.

En una reciente mañana en la capital de Puerto Rico, los altavoces de una barbería reproducían un tutorial de inglés mientras un par de migrantes dominicanos que estudiaban para convertirse en ciudadanos estadounidenses escuchaban atentamente.

El negocio da a un parque donde la comunidad dominicana se había reunido durante mucho tiempo. Ahora está mayormente en silencio y vacío.

Han desaparecido la animada música de merengue, la charla emocionada, el golpe de las fichas de dominó.

Un migrante sin permiso de residencia que pidió ser identificado solo por su apodo, “el pescadero”, porque temía poner en peligro su caso en la corte federal, dijo que fue arrestado cerca del parque.

Había ingresado ilegalmente a Puerto Rico en 2014 para buscar más ingresos porque su esposa tenía cáncer de mama y no podía pagar su tratamiento trabajando como pescador en la ciudad costera dominicana de Samaná.

“Tenía que tirar para adelante”, dijo. Su esposa murió después, pero el hombre decidió quedarse en Puerto Rico.

Su hijo también vino a la isla. El pescador primero trabajó en la construcción, pero después de caerse de un segundo piso y romperse la pelvis, retomó la pesca una vez que sanó.

Vendía pescado en el parque hasta el 26 de enero. Ese día, estaba sentado en una camioneta mientras su hijo les compraba el almuerzo.

“Me sacaron tres guardias”, recordó. Arrestaron a siete personas en ese momento, incluido su hijo.

El hombre dijo que durmieron en el suelo de varias cárceles y solo les dieron pan y agua mientras los trasladaban a la ciudad puertorriqueña de Aguadilla, luego a Miami y finalmente a Texas.

Las autoridades enviaron al hombre de regreso a Puerto Rico para procedimientos judiciales, donde permanece en libertad bajo fianza con un monitor de tobillo. Su hijo está en una cárcel de Miami.

“Estamos desbaratados”, dijo mientras su voz se quebraba.

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