El presidente Donald Trump emitió el lunes una orden que permite imponer un arancel del 25 por ciento a cualquier nación que compre petróleo y gas de Venezuela, intensificando su disputa con el país latinoamericano sobre la inmigración con una medida que corre el riesgo de afectar el comercio energético mundial.
La medida busca recortar una importante fuente de ingresos para el régimen de Nicolás Maduro en Caracas, a la vez que aumenta la presión sobre China, un importante comprador de crudo venezolano y que ya está en la mira de aranceles del 20 por ciento bajo el gobierno de Trump. Estados Unidos también es un comprador clave de petróleo venezolano, y Chevron Corp., con sede en Texas, es un productor importante.
La orden ejecutiva de Trump autoriza al Departamento de Estado a emitir aranceles del 25 por ciento, además de otros ya existentes o amenazados, sobre todos los bienes importados a Estados Unidos “de cualquier país que importe petróleo venezolano, ya sea directamente desde Venezuela o indirectamente a través de terceros”.
Sin embargo, la orden, tal como está redactada, también podría otorgarle al secretario de Estado, Marco Rubio, cierta flexibilidad para determinar qué países estarán sujetos al arancel y cuáles no. Especifica que tiene autorización para determinar, a su discreción, si el arancel se impondrá a dichos países importadores.
La orden entra en vigor el 2 de abril, el mismo día en que se espera que la administración Trump revele una serie más amplia de gravámenes dirigidos a varios países, lo que añadiría una nueva dimensión a los aranceles superpuestos que han inquietado a los socios comerciales y amenazan con paralizar la economía global. Trump declaró a la prensa el lunes que los gravámenes se sumarían a los aranceles existentes.
¿Por qué Donald Trump ‘atacó’ al petróleo de Venezuela?
Donald Trump señala a Venezuela como una de las principales razones por las que el Tren de Aragua tomó fuerza en Estados Unidos, e incluso acusó al Gobierno de Nicolás Maduro de haber mandado deliberadamente a miles de personas presuntamente relacionadas con la delincuencia al país.
Además del tema del Tren de Aragua y las tensiones por las deportaciones de venezolanos a El Salvador, Trump tendría entre sus planes la suspención de las licencias petroleras que tiene Venezuela para que empresas como Chevron operen en su suelo.
Dichas concesiones fueron entregadas por el Gobierno de Joe Biden a Maduro en 2022, y para junio próximo deben renovarse.
Sin embargo, dicha renovación está en riesgo desde febrero pasado, ya que Donald Trump dijo que Venezuela, además del tema de la delincuencia, no ha recibido con rapidez a los migrantes deportados.
Otro aspecto a destacar es la falta de garantías democráticas de Venezuela el año pasado, luego de los resultados que dieron a Nicolás Maduro como ganador de la Presidencia y de la petición de varios países por hacer públicas las actas, ya que consideran que Edmundo González ganó dichas elecciones.
La renovada presión de Washington también se produce cuando las exportaciones de crudo venezolano habían aumentado a un máximo de cinco años en febrero, antes de que la administración Trump dijera que estaba obligando a Chevron a cerrar sus operaciones en el país.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos otorgó el lunes a Chevron más tiempo para concluir las operaciones con la estatal venezolana Petróleos de Venezuela S.A., extendiendo el plazo del 3 de abril al 27 de mayo. Un portavoz de Chevron no hizo comentarios inmediatos sobre la extensión.
Un alto funcionario de la administración dijo que la extensión era para permitir el cumplimiento de los pedidos anticipados y estaba condicionada a no permitir pagos adicionales en efectivo al gobierno de Maduro.
Con información de Bloomberg.