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A los estadounidenses no les gusta la inmigración (y no es sólo Trump)

Más de 60 por ciento de los estadounidenses coincide en que la inmigración continua pone en peligro a su país, de acuerdo con una encuesta de A.T. Kearney. La pregunta realizada fue sobre toda la inmigración, no sólo la ilegal, que es la que cuestiona el aspirante presidencial republicano Donald Trump.

El 61 por ciento de los estadounidenses coincide en que "la inmigración continua al país pone en peligro a Estados Unidos", según una nueva encuesta encargada por la consultora de administración A.T. Kearney, que reveló pesimismo sobre un amplia variedad de cuestiones.

El grado de preocupación es notable teniendo en cuenta que la pregunta se refería a toda la inmigración, incluida la legal. Hasta el candidato presidencial republicano Donald Trump, quien maneja un discurso antiinmigrante, ha dicho que apoya la inmigración legal a Estados Unidos.

A.T. Kearney ofreció a Bloomberg Businessweek una primera mirada exclusiva a los resultados de la encuesta, que abarca a 2 mil 590 entrevistados y es parte de un estudio America@250 que busca medir la dirección del país a 10 años de su 250 aniversario. El estudio, que se podrá ver en Internet este mes, fue llevado a cabo en octubre y noviembre pasados por NPD Group.

El clima político podría contribuir a explicar los temores de los estadounidenses hacia la inmigración, explicó Paul Laudicina, presidente del Global Business Policy Council, que es una división de A.T. Kearney.

Dado lo que está ocurriendo en el discurso nacional y el estado desesperante de la política nacional… eso hace que la gente sea vulnerable a la retórica patriotera

La creencia de que la inmigración pone en peligro a Estados Unidos fue común a todos los grupos etarios, aunque más difundida entre los baby boomers (65 por ciento) y más baja entre los millennials (55 por ciento). Por educación, fue más alta entre los que tenían sólo título secundario o algo de educación universitaria (65 por ciento), y por región, fue más alta en el sur, incluido el estado de Texas (66 por ciento).

La encuesta arrojó numerosos datos que reflejan decepción. El 58 por ciento de los entrevistados coincidió con la afirmación "No confío en la capacidad de la economía de Estados Unidos para volver a un crecimiento más fuerte". El 52 por ciento coincidió en que "Las empresas estadounidenses serán cada vez menos competitivas". Y el 51 por ciento coincidió en que "Mi voto no importa porque la política de Washington nunca cambiará".

En el aspecto positivo, el 85 por ciento de los encuestados coincidió en que "El progreso tecnológico en una serie de sectores aumentará la productividad y el crecimiento económico de Estados Unidos".

"La opinión pública estadounidense se encuentra en un estado muy fluido", aseguró Laudicina. "Se puede argumentar que las personas son más razonables y más optimistas de lo que se adivinaría sobre la base del carácter del diálogo político".

El sondeo de A.T. Kearney parece mostrar cierta mayor negatividad hacia la inmigración que otras encuestas recientes, aunque es difícil decir porque cada una utiliza una redacción distinta para sus preguntas.

Un estudio de Pew Research Center realizado entre agosto y octubre reveló que el 53 por ciento de los encuestados pensaba que la inmigración fortalecía a Estados Unidos, frente a un 38 por ciento que pensaba que era una carga para el país.

En una Encuesta Gallup de junio, el 34 por ciento de los entrevistados estaba a favor de una disminución de la inmigración, el 25 por ciento a favor de un aumento y el 40 por ciento a favor de mantenerla en los niveles actuales.

Lo que es claro es que los estadounidenses están menos a favor de la inmigración que en épocas pasadas. En 2002, la Encuesta Poll reveló que sólo el 1 por ciento de los estadounidenses mencionaba a la inmigración, incluidos los refugiados, cuando se le pedía que dijera cuáles eran los dos problemas más importantes que debía abordar el gobierno. Ese porcentaje se elevó al 19 por ciento el año pasado.

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