CARACAS. Una Venezuela dividida se alista a celebrar este miércoles el primer aniversario del deceso del líder político e ideológico, Hugo Chávez.
Mientras que miles asistirán a Caracas para formar parte del homenaje que se le rendirá a Chávez, muchos otros marcharán por los problemas económicos que aseguran, empeoraron desde que su heredero socialista Nicolás Maduro asumió el poder.
Una vez al mes y con mucho esfuerzo, Félida Mora viaja en transporte público desde la ciudad de Los Teques a Caracas, en un trayecto de 32 kilómetros, con el único objetivo de orar en la improvisada "Capilla Santo Hugo Chávez", construida en el populoso barrio 23 de enero.
El ex presidente Chávez "para mí fue algo grande; lo he llorado mucho, más que a mi familia", dice Mora con los ojos aguados de las lágrimas, una ama de casa de más de 60 años, tras orar en esta pequeña capilla de madera y techo de zinc edificada por los vecinos de los alrededores del cuartel de la montaña 4F, donde reposan los restos del ex presidente. "Mi mamá, que Dios la tenga en la gloria, se murió y yo lloré los primeros días como todo, pero nunca como a él".
Mora, residente de la capital del estado Miranda y bastión de la oposición, dice que nunca recibió ningún beneficio directo de los programas sociales de Chávez y, sin embargo, le pide "a Dios y a la Virgen que me lo cuiden".
Un año después de la muerte del popular ex mandatario por un cáncer en su área pélvica, el culto y fervor por su imagen permanecen intactos y, tal vez, con una presencia inmortalizada en este país sudamericano de 29 millones de habitantes.
El gobierno utiliza de manera constante la imagen y los discursos del ex mandatario en sus campañas propagandísticas, en un país que en el último mes ha vivido una ola de protestas convocadas por grupos opositores, estudiantes y la clase media en general en contra de una galopante inflación, una rampante inseguridad y la escasez de productos básicos como papel higiénico, alimentos, medicamentos y tratamientos para combatir enfermedades.
Se trata de la primera crisis que enfrenta el presidente Nicolás Maduro, quien en 2013 sucedió a Chávez en la presidencia y encabeza un gobierno regido bajo los autodenominados principios del socialismo en la llamada "Revolución Bolivariana" de factura del ex jefe de estado.
"No hay con qué pagar, no hay con qué pagar todos los 14 años que vivimos con Hugo Chávez", dice la profesora de primaria y abogada Beatriz Ramírez, de 55 años, luego de depositar flores en la pequeña capilla. "Todo lo que aprendí de geografía, historia, matemáticas, economía, política, cultura, lo aprendí de mi comandante; de Chávez el educador, Chávez el didacta".
Para algunos la devoción no es sólo política o ideológica. Una mujer viajó hace unos meses desde Colombia para depositar un corazón de rosas rojas la pequeña capilla porque su hijo había sido liberado de un secuestro.
"Ella se lo pidió al comandante y el comandante se lo concedió", indicó Elizabeth Peña, propietaria de un pequeño local de comida y encargada de custodiar la capilla. "No es que lo estemos beatificando, como todos bien sabemos él era un hombre normal y corriente como todos nosotros, pero tenía el don especial del amor".
La mujer cree que tiene un vínculo especial con el ex presidente porque su único nieto, ahora de 10 años, nació en el cumpleaños del ex mandatario, un 28 de julio. Chávez, además, murió en el cumpleaños de una de sus seis hijas, el 5 de marzo de 2013.
En la pequeña capilla, de unos ocho metros cuadrados, un retrato del ex presidente y una imagen de Cristo se encuentran bajo el lema "¡Dios con nosotros! ¿Quién contra nosotros?".
"El comandante dio su vida por nosotros", dijo Peña. "No me importa que algunos me cataloguen de loca porque me paso metida en la capilla, limpiándola, arreglándola".
En la capilla también se encuentra un busto de Chávez con la frase "fuiste, eres y serás nuestro gigante en la eternidad, te amaremos por siempre" que reposa al centro en una pequeña repisa donde sus seguidores han depositado imágenes de las vírgenes de Coromoto, Santa Bárbara, del Carmen y la Rosa Mística.
Además hay un Nazareno y un rosario, "que el comandante llevaba siempre", asegura Peña.
Los retratos de Chávez en el campo, con los militares, con los niños o con ancianos son fáciles de encontrar en cualquier rincón del país.
"Chávez, corazón de mi patria", se lee en un mural que luce fresco, como recién hecho, con la figura de un corazón pintado con los colores patrios en diferentes ciudades del país o en vallas de tipo publicitario. El rostro de Chávez también se encuentra en murales modernistas cerca del Museo de Bellas Artes, en Caracas, con sombrero campesino o luciendo su boina militar.
La voz del ex gobernante se escucha todos los días, ya sea interpretando el himno nacional a las 6:00 de la mañana en la radio estatal al tiempo que su programa de televisión, "Aló presidente", es repetido los fines de semana, en la misma cadena, a diferentes horas del día.
Mientras un par de miles de opositores realizaban el martes una marcha en memoria de las personas que han muerto durante las protestas antigubernamentales de las últimas cuatro semanas y miles de estudiantes universitarios celebraban un manifestación en otro lugar de Caracas, varios seguidores del ex mandatario, como Mora, acudían a la "Capilla Santo Hugo Chávez", ubicada cerca del mausoleo donde reposan restos del expresidente.
Brigadas de trabajadores de la petrolera estatal PDVSA pintaban y remozaba el exterior del mausoleo para recibir a los visitantes que rendirán honores a Chávez a partir del miércoles, cuando se cumple un año de su muerte.
Aviones militares sobrevolaban Caracas el martes en ejercicios previos al desfile para conmemorar el miércoles el primer aniversario del deceso de Chávez. A la ceremonia está prevista la asistencia del presidente boliviano Evo Morales.
NO PARA TODOS ES FIESTA
Al otro lado de la capital, en las zonas de clase media y alta, otros miles protestarán por las distorsiones económicas y la erosión de la calidad de vida que aseguran, empeoraron desde que su heredero socialista Nicolás Maduro asumió hace 11 meses.
Las protestas que dejaron 18 muertos en el último mes no parecen amenazar el gobierno de Maduro, que ha mantenido el rumbo político de Chávez y los populares programas sociales edificados durante 14 años de un socialismo con sello propio.
El problema es que la ya elevada inflación se ha acelerado a un 56 por ciento anual y la falta de productos básicos como la leche y el papel higiénico se ha acentuado en los últimos meses, irritando a chavistas y opositores por igual.
"Con Chávez estábamos mejor", dijo Evelyn Vegas en la fila de un supermercado donde el gobierno vende productos fuertemente subsidiados, pero donde los venezolanos sólo pueden llevarse un artículo de primera necesidad por semana.
"Maduro tiene que trabajar más duro porque si no, el pueblo que lo eligió será el pueblo que lo termine sacando", agregó el ama de casa de 53 años, enfundada en una camiseta roja, un color inconfudiblemente ligado con el Partido Socialista.
Chávez, un avezado político que tenía una conexión única con las clases populares, murió el 5 de marzo del 2013 tras batallar por dos años contra el cáncer. Antes pidió a los venezolanos que eligieran a su vicepresidente Maduro.
Pero el ex líder sindical que anunció la muerte de Chávez con la voz quebrada y lágrimas en los ojos ganó las elecciones por una diferencia de apenas 1.5 puntos porcentuales, energizando a una oposición que durante la última década y media había sido arrollada por el chavismo en las urnas.
La inflación, que ya era una de las más altas del mundo, se disparó y la escasez de dólares acentuó el desabastecimiento en un país que importa más de la mitad de lo que consume.
Con información de AP y Reuters
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