Un grupo de activistas estadounidenses que se opone a las políticas de inmigración del presidente Donald Trump ayudó a los migrantes mexicanos durante un enfrentamiento con agentes de la Patrulla Fronteriza en la víspera del año nuevo, y disputó la explicación de los eventos de su Gobierno.
A última hora del lunes, unos 150 inmigrantes se reunieron en la frontera de Tijuana para intentar ingresar a Estados Unidos, según activistas y un testigo de Reuters.
Después de enterarse de un posible conflicto, 11 voluntarios estadounidenses que se encontraban en Tijuana se dirigieron a la frontera para brindar asistencia médica y documentar los eventos, dijo Lilith Sinclair, portavoz del grupo.
Los activistas, parte de un grupo conocido como la Red de Apoyo Fronterizo, han dicho que se unieron para contrarrestar lo que consideran una "violación de los derechos" de los solicitantes de asilo por parte del Gobierno de Estados Unidos.
También han disputado la posición de la administración de Trump de que los agentes emplearon gas lacrimógeno luego de ser atacados.
"Este ataque contra los migrantes que buscaban asilo en forma pacífica fue incapacitante, inhumano y no provocado", dijo Sinclair en un comunicado el miércoles.
El choque en Tijuana fue el segundo incidente en menos de dos meses en el que docenas de inmigrantes intentaron cruzar la frontera y fueron repelidos con gas.
Los activistas no estuvieron presentes durante toda la confrontación, pero no fueron testigos de ninguna provocación por parte de los migrantes en el momento en que estuvieron allí, dijo Sinclair, de 24 años, de Portland, Oregón, en una entrevista.
Cuando llegó, ella vio a un pequeño grupo cerca de la valla fronteriza, tratando de decirle a los agentes que planeaban buscar asilo. Luego vio agentes empleando gas lacrimógeno.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) dijo que no podía responder de inmediato a una solicitud de comentarios. La CBP dijo anteriormente que los agentes lanzaron humo, gas pimienta y gas lacrimógeno sólo después de que los migrantes lanzaran piedras.
"Este es uno de los niveles más bajos de respuesta que podemos dar", dijo Joshua Wilson, vicepresidente de la Unión de Patrulla Fronteriza de San Diego. "Una roca es un arma mortal", agregó.
Un testigo señaló que no vio migrantes arrojando piedras. La agencia de noticias AP informó que las rocas se lanzaron después de que se empleó el gas lacrimógeno.
La CBP dijo el miércoles que se está llevando a cabo una investigación interna del uso de gas el 31 de diciembre. El jueves, el gobierno mexicano solicitó a Estados Unidos una investigación completa al respecto.
Antifascistas
Formada en noviembre en respuesta a las caravanas de migrantes que provocaron la ira de Trump, la coalición de activistas incluye autodenominados "antifascistas" y defensores de causas como los derechos indígenas y el acceso al agua, dijo Sinclair.
Bajo la ley mexicana, los ciudadanos estadounidenses pueden realizar trabajo voluntario hasta por 180 días sin una visa.
A mediados de noviembre, el grupo abrió una casa en Tijuana, que albergaba a unos 25 voluntarios a la vez, la mayoría de Estados Unidos, dijo Evan Duke, de Seattle, uno de los organizadores.
La Red de Apoyo Fronterizo está financiada en gran parte por donaciones individuales, dijo Sinclair.
El grupo se movilizó rápidamente después de recibir información sobre el choque, saliendo con ropa de abrigo, suministros médicos y agua, dijo Duke, quien agregó que los activistas no transportaron migrantes a la frontera.
Otro activista, Nathaniel Dennison, un documentalista de 34 años que vive en Virginia, dijo que el estado de ánimo en la frontera era "esperanzador y pacífico hasta que la patrulla fronteriza actuó contra los solicitantes de asilo, sin provocación".
Dennison dijo que fue golpeado por tres "bolitas de plástico". La CBP dijo que no despliega balas de goma, sino que utiliza bolas de pimienta, un proyectil de goma redondo que contiene aerosol de pimienta.
Erick Hernández, un salvadoreño de 24 años que intentó ingresar a Estados Unidos, dijo que los voluntarios estadounidenses ayudaron a superar la brecha de idiomas en la frontera.
"Hablaron con el lado americano (estadounidense)", dijo. "Les pedimos un poquito de respeto para los niños".