Según Greenpeace Internacional, es probable que al menos 50 millones de hectáreas de bosques, un área equivalente a España, habrán sido destruidas en todo el mundo por la agricultura hasta 2020.
La ganadería, la soya, el aceite de palma y otras producciones agrícolas siguen siendo la principal causa de destrucción de los bosques, pese a las promesas hechas en 2010 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en México a fin de eliminar la deforestación para 2020 a través de una cadena de suministro responsable, señaló Greenpeace el martes.
En respuesta a Greenpeace, el Foro de Bienes de Consumo, con sede en París y representante de unas 400 minoristas, fabricantes y proveedoras de servicios de todo el mundo, afirmó en un comunicado que desde 2010 ha trabajado con miembros, gobiernos y sociedades civiles para acelerar el cambio hacia un suministro sustentable. Sin embargo, ha descubierto que "las fuerzas que impulsan la deforestación son más complejas de lo que casi todas las partes interesadas pensaban en 2010".
El grupo agregó que el suministro de materias primas sostenibles certificadas no es suficiente para eliminar la deforestación y en lugar de eso, ha estado trabajando para desarrollar una estrategia más efectiva que compartirá durante la Semana del Clima de la ONU en septiembre.
La huella de cacao en Costa de Marfil se ha disparado 80 por ciento desde 2010, la producción de aceite de palma en Indonesia ha aumentado 75 por ciento y las áreas plantadas con soya en Brasil han crecido 45 por ciento, detalló Greenpeace, citando datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Lo peor está por llegar ya que se prevé que el consumo de carne dará un salto de 76 por ciento de aquí a 2050 y que la producción de soya y palma subirá 45 por ciento y 60 por ciento, respectivamente, añadió el grupo ecologista.
Cerca del 80 por ciento de la deforestación mundial es resultado de la agricultura, que también es la principal causa de destrucción de hábitat, argumentó Greenpeace.
El consumo excesivo de carne y productos lácteos es el motor, no obstante, las compañías no están conscientes del volumen ni el origen en sus cadenas de suministro de carne y productos lácteos, agregó la organización. La entidad explicó que alrededor del 90 por ciento de la soya producida en todo el mundo se utiliza para la alimentación animal.