Las muertes diarias en Alemania relacionadas con el COVID-19 registraron el mayor aumento desde el inicio de la pandemia, lo que pone de relieve las dificultades del Gobierno para contener la propagación de la enfermedad.
Se registraron 568 muertes en las 24 horas hasta este miércoles por la mañana, con un total de 20 mil 2, según datos de la Universidad Johns Hopkins. La cifra superó el máximo anterior de 510 de mediados de abril.
Las infecciones también han aumentado, a pesar de un cierre parcial que afectó a bares, gimnasios y cines, pero permitió que las escuelas y otros negocios siguieran operando.
Los nuevos casos del virus SARS-CoV-2 aumentaron en 29 mil 263, el segundo nivel más alto desde que comenzó la pandemia. La tasa de incidencia más reciente es de 149 infecciones por cada 100 mil personas en los últimos siete días, casi tres veces más alta que el nivel que la canciller Angela Merkel había determinado que era manejable.
El número de personas que mueren por el patógeno ha aumentado drásticamente en las últimas semanas, con una tasa diaria que regularmente supera las 200 desde el 11 de noviembre. Alrededor de 82 por ciento de todas las camas en cuidados intensivos están ocupadas, y el número de pacientes graves con COVID-19 lleva semanas en niveles récord.
Hasta ahora, un cierre parcial en Alemania no ha logrado reducir las tasas de contagio, y algunos estados están adoptando medidas más estrictas. Sajonia, que tiene el peor brote del país, planea cerrar todas las tiendas no esenciales a partir de la próxima semana. Por otra parte, Bavaria declarará el estado de emergencia este miércoles, confinando a la mayoría de las personas en sus hogares a menos que tengan una razón válida.
Países como Francia y Reino Unido están tomando medidas, con precaución, para relajar las restricciones, mientras que Alemania está considerando un endurecimiento de las medidas después de prorrogarlas dos veces en las últimas dos semanas. Las medidas actuales estarán en vigor hasta el 10 de enero.