El bombeo de petróleo a través del oleoducto Transandino fue suspendido tras un ataque del segundo grupo guerrillero de Colombia, que ha intensificado una ofensiva en la que también causó la muerte a tres policías, derribó una torre de energía y bloqueó carreteras, informaron el martes autoridades locales.
La ofensiva del Ejército de Liberación Nacional (ELN) comenzó el domingo, en medio de un distanciamiento de los contactos exploratorios con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para iniciar una negociación formal que ayude a terminar con el viejo conflicto armado que ha dejado unos 220 mil muertos.
El ataque al oleoducto de 305 kilómetros de longitud que transporta 85 mil barriles diarios de crudo entre los campos del selvático departamento de Putumayo, en la frontera con Ecuador, hasta el puerto de Tumaco, en el Océano Pacífico, se produjo el lunes en la noche y provocó un incendio cerca a un pueblo del departamento de Nariño, dijo la petrolera Ecopetrol.
El Ejército responsabilizó por ese ataque a guerrilleros del ELN. Horas antes, otro comando del mismo grupo rebelde mató a dos policías en un atentado con armas de fuego en el municipio de Bocas de Satinga, en la misma región.
El fin de semana, rebeldes del ELN mataron otro policía a tiros en un pueblo del departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela, reportaron autoridades militares.
Y en el departamento del Cesar derribaron una torre de energía y dejaron durante horas sin electricidad varios pueblos de la región, mientras que el martes bloquearon una importante carretera del suroeste del país donde incendiaron un autobús.
Santos advirtió que si el ELN no se decide por una negociación de paz deberá enfrentar el peso de la ofensiva militar.
"El ELN solo tiene dos alternativas: o se suben al tren de la paz, que ya los está dejando, o se someten a la acción implacable de nuestra Fuerza Pública", afirmó.
El ELN, con unos 2.000 combatientes, mantiene contactos exploratorios con el Gobierno desde hace más de dos años, pero Santos lo acusa de dilatar la apertura de una negociación, que sería separada a la que avanza en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El ELN se financia con secuestros, minería ilegal, extorsión a multinacionales petroleras y mineras, y con narcotráfico, de acuerdo con fuentes del Gobierno y las Fuerzas Militares.