Los asesores del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se están preparando para negociaciones con Nicolás Maduro, en un esfuerzo por poner fin a la peor crisis económica y humanitaria del hemisferio occidental, según tres personas familiarizadas con el asunto.
El Gobierno de Biden tiene la intención de presionar por elecciones libres y justas, ofreciendo alivio de las sanciones a cambio, dijeron las personas, que solicitaron el anonimato porque el nuevo equipo se está formando.
Es una dinámica diferente a la de la administración de Donald Trump, que insistió en que solo negociaría los términos de la entrega de poder de Maduro.
Los asesores de Biden, en cambio, no lo establecen como una condición previa y están abiertos a conversaciones directas.
El equipo del presidente electo revisará las sanciones existentes para determinar dónde ampliar las restricciones con la ayuda de aliados internacionales y qué medidas podrían levantarse si Maduro avanza hacia el objetivo democrático, dijeron las personas.
Se espera que los patrocinadores extranjeros de Maduro, como Rusia, China e Irán, desempeñen un papel, al igual que Cuba, que desea mejorar las relaciones con EU.
Los asesores de Biden han calificado la crisis de Venezuela como el mayor desafío diplomático que enfrentará en el hemisferio occidental.
Más de 5 millones de personas han huido del país sudamericano en los últimos años, escapando de convulsiones económicas implacables salpicadas de violencia de pandillas, fallas eléctricas, escasez generalizada de alimentos y la hostilidad del Gobierno de izquierda hacia el disentimiento.
Impacto económico
Maduro ha manifestado interés en mejorar las relaciones cuando Biden asuma el cargo, expresando su deseo de que la nueva administración alivie las sanciones que han devastado los ingresos petroleros del país. Se espera que la economía venezolana se contraiga un tercio en 2020, según Ecoanalítica, con sede en Caracas.
A nivel nacional, Biden cumplirá su promesa del estatus de protección temporal, que permitiría a los venezolanos que huyeron a EU quedarse, aseveraron las personas.
Un portavoz de la transición Biden-Harris declinó hacer comentarios.
Uno de los temas más 'espinosos' para Biden es cómo abarcará la presidencia que proclamó el líder de la oposición, Juan Guaidó.
EU y más de 50 países reconocieron a Guaidó como líder interino a principios de 2019, cuando asumió el liderazgo de la Asamblea Nacional, alegando una vacante en el cargo de la presidencia porque Maduro había manipulado las elecciones de mayo de 2018.
A pesar de presidir durante el deterioro precipitado del petróleo desde que sucedió al difunto presidente Hugo Chávez en 2013 y esfuerzos a lo largo de los años para derrocarlo, Maduro mantiene la presidencia contra toda adversidad.
A principios de este mes, sus leales ganaron el control del Parlamento después de un boicot de la oposición. Canadá, Colombia, Brasil y EU fueron de los primeros en rechazar los resultados.
Agenda de la oposición
En teoría, Guaidó perderá su escaño como líder de la Asamblea Nacional de Venezuela el 5 de enero. Biden se posesiona en Washington solo dos semanas después.
Desde finales de noviembre, el equipo del líder de la oposición ha estado tratando de organizar una llamada con Biden, sin éxito hasta ahora, dijeron tres personas familiarizadas con los esfuerzos.
Guaidó y sus aliados tienen la intención de seguir en la Asamblea, citando su mandato constitucional de permanecer en el cargo hasta que haya elecciones libres y justas. Muchos están escondidos o han optado por el exilio, ya que enfrentan amenazas a su seguridad personal.
La oficina de Guaidó declinó hacer comentarios al respecto.
La administración de Biden tiene la intención de seguir el ejemplo de la oposición de Venezuela y lo que parece ser el consenso nacional, según personas con conocimiento de la estrategia.
Resolver esto podría tomar tiempo. El apoyo popular de Guaidó ha disminuido tras los intentos fallidos de sacar a Maduro. Incluso algunos aliados de Guaidó se muestran reacios a respaldar una presidencia interina indefinidamente.
El excandidato presidencial Henrique Capriles ha criticado a Guaidó, de 37 años, diciendo que el movimiento contra Maduro carece de un líder efectivo, mientras que Henri Falcón, quien se postuló contra Maduro en 2018, criticó el boicot de la oposición.
Guaidó lucha por mantener su relevancia en Washington y algunos de sus asesores han planteado el idealista objetivo de "mega elecciones" el próximo año, siempre que se cumplan las condiciones para salvaguardar el proceso.
Ahí se votaría por un nuevo presidente y parlamento, y también se celebrarían las carreras para gobernadores que ya están programadas, según cuatro personas familiarizadas con las discusiones.
Solución negociada
Las negociaciones anteriores entre el régimen de Maduro y los opositores del Gobierno a menudo han resultado contraproducentes para la oposición de la nación. No han respondido a ninguna de sus solicitudes y han generado desconfianza sobre futuras conversaciones.
Para complicar las cosas, Trump también advirtió sobre una "opción militar", aunque sus asesores no lo aceptaron.
En marzo, el Departamento de Estado pidió a Maduro y Guaidó que se hicieran a un lado y permitieran que un Gobierno de transición tomara el poder y convocara elecciones. Esa propuesta tampoco logró romper el estancamiento.
En su esfuerzo por aliviar las sanciones, Maduro tiene un aliado inverosímil en la comunidad empresarial de EU.
Un grupo de acreedores venezolanos ha estado presionando para que el Departamento del Tesoro elimine sus restricciones a la negociación de bonos del país, lo que generó una caída del valor de los mismos. Otros ejecutivos tienen en la mira las licencias que les permitirían acceder a las reservas petroleras más grandes del mundo.
Una preocupación más inmediata es cómo facilitar el envío de ayuda humanitaria para hacer frente a una creciente crisis de hambre. Maduro ha bloqueado un acuerdo para permitir que la agencia de alimentos de las Naciones Unidas ingrese al país porque insistió en controlar la distribución.
El Gobierno entrante de EU se ha comprometido a trabajar con organizaciones multilaterales en asuntos humanitarios, pero no está claro qué se necesitará para superar el impasse.