Tras jurar como el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden emitirá un decreto que ordenará detener la construcción del muro a lo largo de la frontera con México.
Con ello, revocará la emergencia nacional que declaró su antecesor, Donald Trump para financiar la edificación de esta barrera y, finalmente, redestinará el dinero a otros proyectos.
La prohibición de viajar y el muro fronterizo fueron el cumplimiento de las principales promesas de campaña de Trump en 2016, para acabar con la inmigración y limitar el número de musulmanes que llegan a Estados Unidos.
Biden condenó ambas medidas, calificándolas de un ataque contra las minorías raciales y religiosas, y prometió a los electores que una de sus primeras acciones como presidente sería eliminar la prohibición y detener la construcción del muro.
Apenas una semana después de asumir el cargo, Trump anunció que suspendería la entrada a viajeros de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Siria, Libia, Yemen, Somalia y Sudán. La política también suspendió el reasentamiento de refugiados.
La implementación de la primera versión de la prohibición fue bloqueada por jueces federales. Una tercera versión entró en vigor tras numerosos recursos judiciales.
La legislación migratoria de Biden es ambiciosa y, como resultado, podría enfrentar obstáculos en el Congreso.
La propuesta contempla una vía para otorgar la ciudadanía a inmigrantes indocumentado con ocho años de residencia, en lugar de 13 años, y un plazo menor para los llamados "dreamers" que llegaron ilegalmente a territorio estadounidense siendo niños, así como aquellos con un estatus de protección temporal.
El proyecto de ley busca abordar las causas de fondo de la migración reforzando la asistencia a los países centroamericanos, además de facilitar la inmigración para las personas que huyen de la violencia y aumentar el procesamiento de los traficantes de personas y de drogas.
Pero, a cambio, no exige un aumento importante de las medidas de seguridad fronteriza, lo que podría dificultar el apoyo de los republicanos en el Congreso.
La derogación de las restricciones de viaje es parte de un gran número de acciones ejecutivas destinadas a revocar políticas claves de Trump sin esperar al Congreso, sobre temas que van desde el COVID-19 hasta el cambio climático y la justicia penal.