El presidente Joe Biden pidió este jueves enfrentar el 'extremismo político' que dio lugar al asalto al Capitolio y pidió fuerza colectiva en tiempos turbulentos durante el Desayuno Nacional de Oración, una tradición de Washington que pide a los adversarios políticos dejar de lado sus diferencias durante una mañana.
El desayuno ha sido controversial en el pasado, en particular cuando el presidente Donald Trump aprovechó el del año pasado para atacar a sus adversarios políticos y poner en duda su fe.
Algunos liberales recelan del evento porque lo organiza una agrupación religiosa de derechas.
Con todo, Biden se presentó en su campaña como alguien capaz de unir a los estadounidenses, y el segundo presidente católico de la nación aprovechó la oportunidad para hablar de su fe como una fuerza para el bien.
"Para tantos en nuestra nación, esta es una época muy, muy tenebrosa. Entonces, ¿a qué acudimos? A la fe", dijo.
El senador demócrata Chris Coons afirmó que el evento es "incluyente y positivo", y "reconoce el magisterio de Jesús, pero no se limita al cristianismo".
La capital de la nación enfrenta una serie de crisis históricas. Biden tiene dificultades para obtener el apoyo de los legisladores republicanos a un paquete de rescate, lo que aumenta la probabilidad de que utilice la mayoría demócrata para aprobarlo.
Muchos en Washington aún sufren las consecuencias de la insurrección letal del 6 de enero a la que aludió Biden en su discurso, al mencionar el 'extremismo político' que la impulsó. El Senado juzgará a Trump la semana próxima por su papel al incitar el ataque.