La decisión de los votantes franceses resonará más allá de las fronteras de Francia, desde los campos de batalla en Siria hasta la bolsa en Hong Kong y los salones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El futuro de Europa está en juego en esta elección francesa, que es como ninguna otra, pues podría cambiar la identidad francesa de posguerra e indicar si el populismo está en ascenso o en declive.
He aquí algunos aspectos de la importancia de la contienda presidencial ahora que el centrista Emmanuel Macron y la nacionalista Marine Le Pen se verán las caras en la segunda vuelta presidencial del 7 de mayo tras dominar el domingo la primera ronda de los comicios:
RIESGO DE UNA SALIDA DE LA UE
Le Pen pretende retirar a Francia de la Unión Europea y de la moneda común, un golpe que sería mucho más severo que la salida de Gran Bretaña y podría significar la desaparición del bloque, el euro y la idea de la unidad europea nacida del derramamiento de sangre de la Segunda Guerra Mundial.
Francia es un país fundador de la UE y uno de los principales impulsores del bloque junto con Alemania.
La mayoría de los 11 candidatos hizo campaña contra la Unión Europea, culpándola de los numerosos problemas económicos y de seguridad que afronta el país, y Le Pen está dispuesta a ser la orgullosa portadora de esas posturas en la segunda ronda.
Los mercados financieros se manifestaron tranquilos por la ventaja de Macron en la primera ronda, pero están nerviosos frente al posible Frexit (la salida de Francia de la Unión Europea). También temen a los controles a las transferencias de dinero, la fuga de capitales, impagos de deuda y numerosas demandas sobre bonos y contratos.
El equipo de campaña de Le Pen ha minimizado los escenarios apocalípticos al afirmar que el euro de todas formas se encamina al final hacia su disolución.
Le Pen también culpa a los acuerdos de libre comercio de aniquilar empleos en Francia y quiere renegociarlos, lo que acarrearía complicaciones financieras al resto de la UE y a los socios comerciales de Francia.
TRUMP Y POPULISMO
Si Le Pen gana supondrá una victoria resonante para la oleada populista que se reflejó en la votación favorable a Trump y el Brexit (la salida de Gran Bretaña de la UE).
Muchos trabajadores franceses que han perdido a causa de la globalización también están hastiados de los partidos políticos tradicionales y se sienten atraídos con las promesas de la eliminación del orden establecido.
Las encuestas dejan entrever que Le Pen tendrá dificultades para convencer a suficientes electores de que la apoyen en la segunda ronda. Sin embargo, podría recibir respaldo de los partidarios del izquierdista Jean-Luc Melenchon, quien comparte con ella la ira contra el sistema financiero y la elite global.
Macron hizo un llamado a favor de la esperanza en Europa en su discurso de victoria, y los partidos conservadores y socialistas convencionales que lo respaldan están comprometidos con la unidad europea. Además de que se ha descrito como un baluarte contra el proteccionismo de Trump.
ASSAD Y PUTIN
Francia es una potencia nuclear con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y decenas de miles de soldados en todo el mundo, y también un aliado clave de Estados Unidos en la campaña contra el grupo Estado Islámico, así como un actor importante en la diplomacia internacional.
De ganar la presidencia, Macron muy probablemente mantendrá las operaciones francesas contra los extremistas islámicos en Irak y Siria y la región del Sahel en África, así como las presiones sobre Rusia a causa de Ucrania y por el respaldo de Moscú al presidente Bashar
al-Assad en Siria.
Le Pen, por otra parte, apoya firmemente a Assad y se distanció de Trump por los recientes ataques aéreos contra el régimen de Damasco.
Le Pen además se reunió en fecha reciente con el presidente ruso Vladimir Putin e intentaría levantar las sanciones a Moscú derivadas del conflicto en Ucrania.