El confinamiento mundial causado por la pandemia del COVID-19 no ha disminuido los niveles históricos de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a pesar de que la desaceleración en la actividad industrial relacionada con la emergencia sanitaria global ha reducido las emisiones de contaminantes, señaló la agencia meteorológica de las Naciones Unidas este lunes.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) destacó un incremento récord de emisiones de dióxido de carbono en los últimos años, pero advirtió que cualquier reducción en los niveles como resultado de la desaceleración industrial relacionada con la pandemia tardará años en materializarse. El organismo también indicó que hay más posibilidades de que esto se logre si los países son capaces de reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero.
"El descenso en las emisiones relacionadas con el confinamiento es apenas un pequeño punto en la gráfica a largo plazo. Necesitamos un aplanamiento sostenido de la curva", dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, después de dar a conocer la edición más reciente del boletín anual de gases de efecto invernadero del organismo. "La pandemia del COVID-19 no es una solución al cambio climático".
La OMM citó cálculos del Proyecto Global de Carbono que indican que las emisiones diarias de dióxido de carbono podrían haber caído hasta en un 17 por ciento a nivel mundial durante el punto más alto del periodo de confinamiento, cuando la gente en muchos países se vio obligada a permanecer en casa. Pero aún se desconocen las cifras anuales, y el organismo dijo que los cálculos preliminares indican una reducción en las emisiones globales anuales de entre el 4.2 y el 7.5 por ciento.
El confinamiento ha reducido las emisiones de muchos contaminantes y gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Pero el cambio en las concentraciones de CO2 -el resultado de emisiones acumuladas y actuales- no es mayor al de las fluctuaciones normales de año con año en el ciclo del carbono y en la cantidad de carbono que absorben la vegetación y los océanos.
"Ha habido una ligera estabilización en el uso del carbono, que es algo ligeramente positivo", dijo Taalas en una videconferencia, señalando que retirarlo de la atmósfera es "un proceso muy lento".