LA HABANA.- La "apertura" de Cuba no parece resultar lo que se esperaba, por lo menos para los cubanos que confiaban en mejorar su empleo con la llegada de empresas extranjeras como Bouygues, que prefirió contratar a empleados indios que locales para construir hoteles.
La contratación por la empresa francesa ha creado tal malestar en la isla que obligó a la prensa oficial a tratar de explicar el tema, aunque con tres meses de retraso.
"El rendimiento de los trabajadores de la India en las obras es tres o cuatro veces superior al registrado como media en el país", aseguró el diario Juventud Rebelde, que citó a directivos de la Empresa Inmobiliaria Almest, inversionista cubana en esas labores.
Tras señalar que la contratación de extranjeros "es totalmente coherente con lo estipulado en la legislación" de la isla, el diario añade que "su presencia se debe fundamentalmente a la necesidad de recuperar los atrasos en la ruta del cronograma constructivo. Se trata de trabajadores de la construcción de alta calificación y destreza".
Hasta ahora los medios locales habían encomiado habitualmente la labor de los constructores cubanos, estrechamente vinculada, según afirmó Fidel Castro en 1978, "al bienestar, a la alegría, al progreso y a la felicidad de nuestro pueblo".
La primera información sobre la contratación de extranjeros se conoció en julio pasado, aunque desde antes los transeúntes que circulaban por la concurrida Manzana de Gómez, en la populosa barriada de Centro Habana, donde se edifica un hotel de lujo, habían detectado la presencia de trabajadores indios, con turbantes y todo, que no hablaban español ni se relacionaban con el resto de los empleados.
De acuerdo con fuentes de Bouygues, el salario de los varios centenares de indios contratados –que laboran en otro hotel capitalino y uno más en el balneario de Varadero- ronda los mil 600 euros (mil 758 dólares) mensuales per cápita.
"A mí lo que me tiene loco es si medidas como preferir que vengan trabajadores indios a construir un hotel, con tal de que los cubanos no cobren directamente mil 600 dólares al mes, es parte del socialismo al que aspiramos. Si fuera así, me parece que estamos muy jodidos", escribió en su blog Segunda Cita el cantautor Silvio Rodríguez, en una de las primeras reacciones públicas sobre el asunto.
De acuerdo con el reglamento en vigor, los trabajadores de la isla no pueden ser contratados directamente por firmas extranjeras, sino que deben hacerlo a través de una empresa empleadora estatal, la que recibe el pago en divisas y luego remunera a los empleados locales en pesos cubanos.
"Si a mí me pagaran mil 400 euros no paraba ni para ir al baño", comentó a El Financiero Julio González, electricista, plomero y albañil, quien labora en una empresa estatal cubana por 900 pesos mensuales (unos 37 dólares) y en sus días francos hace trabajos a particulares.
El hecho de que las compañías extranjeras no puedan contratar directamente a los cubanos ha creado no pocos problemas. Por ejemplo, los directivos de la estadounidense Cleber, aprobada desde hace meses para instalarse en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel con una fábrica de tractores ligeros, se lamentaron de las numerosas trabas burocráticas existentes, entre ellas la imposibilidad de escoger directamente a los trabajadores cubanos.