La Unión Europea (UE) conmemora el sábado en Roma sus 60 años de historia, en un momento de persistente incertidumbre para el único proyecto comunitario que ha prosperado en el mundo, debido a desafíos inmediatos como el Brexit, pero con el ánimo renovado en Bruselas ante la pérdida de fuerza electoral de populismos euroescépticos, y la recuperación económica.
Para Andrew Standley, embajador de la Unión Europea en México, lo primero que hay que reconocer es que se ha cumplido cabalmente con el propósito de terminar con las guerras y Europa ha vivido seis décadas de paz y prosperidad.
Reconoce, sin embargo, que es momento de reflexionar hacia dónde debe caminar el bloque de hasta hoy 28 naciones. "El optimismo de las décadas inmediatas al fin de la Segunda Guerra Mundial, que se caracterizaron por un auge económico muy marcado, ha sido reemplazado por la preocupación sobre qué tipo de Europa se quiere y se necesita", dijo el diplomático en entrevista con El Financiero.
Agregó que a diferencia de 1957, ahora los ciudadanos de la UE requieren y exigen mayor seguridad frente a la amenaza del terrorismo y la actitud de vecinos como Rusia, pero además de una mejor coordinación para lograr que la economía del bloque sea más próspera.
El aniversario, según Standley, llega en un año con muchos retos para la Unión Europea, dentro y fuera de su territorio. En terreno interno, uno de las mayores preocupaciones de los últimos tiempos ha sido el auge de los movimientos euroescépticos, que cobraron fuerza tras el Brexit en Londres, pero que parecen perder impulso tras la derrota electoral del xenófobo Geert Wilders en Holanda.
La derrota del controvertido político refuerza su importancia si se tiene en cuenta que es el segundo gran varapalo que reciben los euroescépticos en los últimos meses, y a tenor de lo que las encuestas proyectan para las dos próximas grandes citas electorales europeas: Francia y Alemania.
En diciembre pasado, el candidato ecologista Alexander van der Bellen se impuso al ultra Norbert Hofer en las elecciones presidenciales austríacas y, según todos los sondeos, el liberal Emannuel Macron derrotará a la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, en las elecciones de abril y mayo en Francia.
A ello se suma la recuperación económica y laboral, débil pero constante, que arrojan las estadísticas de los 19 países que comparten la moneda única (con excepción de Grecia) en el conjunto de la UE. "Hoy estamos mejor que hace cuatro años", dice Stendley.
Pero aunque se cumpla el sueño electoral, los desafíos de la UE siguen siendo muchos. De entrada, en cuanto a su futuro desarrollo, que parece encaminado a la "Europa a varias velocidades" que apadrinan París y Berlín, si bien la idea ha sido recibida, hay escepticismo por los socios del Este.
Más allá de las fronteras de la UE los retos tampoco son menores, con continuos focos de tensión con Rusia y Turquía, la desestabilización que genera la guerra en Siria e Irak, el drama humanitario de los refugiados que intentan alcanzar Europa y los recelos que suscitan en Bruselas los mensajes proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien Standley plantea una la cooperación "selectiva".
Todo ello con una negociación del Brexit con Londres que, entre las muchas dudas que suscita a uno y otro lado del canal de la Mancha, es que por primera vez en seis décadas, evidencia que la integración europea no es un proceso irreversible.