Nuevas cifras sorprendentes del presupuesto federal difundidas este jueves muestran un enorme déficit de 3.1 billones de dólares en el año fiscal recién concluido en Estados Unidos, un máximo histórico que se triplicó con respecto al año anterior debido al gasto destinado a la asistencia por el coronavirus.
La Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) publicó las cifras preliminares de 2020 y señaló que el déficit equivale al 15 por ciento de la economía del país, un gigantesco saldo negativo que se convirtió en el mayor desde que el gobierno se endeudó en gran escala para financiar el último año de la Segunda Guerra Mundial.
El gobierno gastó el año pasado 6.6 billones de dólares y solicitó prestados 48 centavos de cada dólar que gastó, señaló la CBO. La cifra equivale a un incremento de 47 por ciento en el gasto público, encabezado por 578 mil millones de dólares destinados al Programa de Protección de Nóminas para pequeñas empresas, y un aumento de 443 mil millones de dólares en apoyo por desempleo tan sólo en los seis últimos meses.
Se preveía que las cifras serían gigantescas, pero de todas formas son sorprendentes, más del doble que el déficit fiscal histórico previo de 1.4 billones de dólares registrado en el primer año de gobierno del presidente Barack Obama durante la Gran Recesión de 2009.
Los ingresos a las arcas también contribuyeron al sombrío panorama fiscal porque cayeron en 44 mil millones de dólares, a un total de 3.4 billones, debido a que las captaciones del impuesto sobre la renta se precipitaron casi 16 por ciento al tiempo que la tasa de desempleo aumentó. El impuesto sobre la renta a nivel corporativo disminuyó 21 por ciento, aun cuando los impuestos a la nómina relacionados con el Seguro Social y el Medicare subieron 5%.
Los economistas dicen que la medición más significativa de los déficits del gobierno es compararlos con el Producto Interno Bruto. En ese sentido, el saldo negativo de 2020 continúa superando por mucho la marca histórica de Obama en 2009, cuando el déficit casi alcanzó 10 por ciento del PIB.
La proyección de la CBO es preliminar, basada en los informes diarios del Tesoro, pero probablemente iguale las cifras oficiales que el Tesoro y la oficina presupuestaria de la Casa Blanca difundirán este mes.
Mientras tanto, en Washington se discute otra tanda de asistencia por el COVID-19, un gasto que el presidente de la Junta de la Reserva Federal, Jay Powell, dice es necesario para disminuir las posibilidades de una recesión secundaria y una tasa de desempleo más alta. Sin embargo, las conversaciones se suspendieron y aumentan los temores de que un nuevo estímulo fiscal tenga que esperar hasta el año entrante.
El gran incremento en el déficit relacionado con el COVID-19 opaca un crecimiento menor pero constante del mismo durante el gobierno del presidente Donald Trump. En 2017 el mandatario diseñó un gran recorte de impuestos cuyo costo a 10 años ha sido igualado por las acciones de asistencia para la pandemia tan sólo en los últimos seis meses.
En agosto, la CBO emitió una proyección a 10 años según la cual el déficit declinaría a 1.8 billones de dólares en el año fiscal 2021 que comenzó el 1 de octubre y alcanzaría 13 billones en la próxima década. Promediaría 5 por ciento del PIB durante ese período, un nivel que muchos economistas temen podría propiciar tasas de interés más altas y un estancamiento de la economía.