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El senador de Nueva York, Chuck Schumer, se convirtió este miércoles en el líder de la mayoría de la cámara cuando tres nuevos senadores demócratas tomaron juramento pocas horas después de que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris tomaron juramento en el cargo.
El exsecretario de Estado de California Alex Padilla y los senadores de Georgia recién elegidos Jon Ossoff y Raphael Warnock recibieron el juramento de Harris poco después de que el Senado fuera convocado a sesión, lo que generó una rara división 50-50 entre demócratas y republicanos.
En virtud del poder de Harris para romper cualquier empate en los votos, los demócratas ahora tienen una mayoría nominal que permitirá a Schumer establecer el calendario de la agenda de Biden, aunque no garantiza la aprobación rápida o fácil de la legislación demócrata.
Los nuevos líderes no tendrán mucho tiempo para aclimatarse, con Schumer y Biden planeando un sprint inicial de nominaciones y legislación junto con el juicio político de Donald Trump por el cargo de incitar a la insurrección en el Capitolio. No se ha fijado la fecha del juicio.
Un gran desafío al incio para Schumer será entregar otra ronda de estímulos por la pandemia que Biden y los demócratas prometieron a los votantes, incluidos controles directos adicionales para la mayoría de los estadounidenses. Biden ha pedido un paquete de 1.9 billones de dólares, una cifra mucho mayor de la que los republicanos estaban dispuestos a respaldar cuando la administración Trump estaba considerando un acuerdo con los demócratas antes de las elecciones. Sigue el paquete bipartidista de 900 mil millones de dólares que Trump firmó a regañadientes en diciembre.
El senador republicano de Utah Mitt Romney expresó su escepticismo sobre la necesidad de otro gran estímulo después de la legislación de diciembre.
"Acabamos de aprobar un programa con más de 900 mil millones de dólares", dijo Romney después de la ceremonia inaugural de Biden. "No estoy buscando un nuevo programa en el futuro inmediato".
Si no pueden lograr que 10 republicanos se unan a ellos, los demócratas podrían usar un procedimiento conocido como reconciliación presupuestaria, que requeriría que todos los demócratas se mantengan unidos para usar su margen más pequeño posible para alcanzar una mayoría simple.
Schumer y el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, todavía están negociando la organización de un Senado dividido equitativamente. Los dos se reunieron brevemente el martes sin resolver todos los temas, que incluyen la estructura de los comités. Schumer está a favor de adoptar el acuerdo establecido a principios de 2001, la última vez que el Senado estuvo dividido en partes iguales, según su portavoz, Justin Goodman.
Ese acuerdo proporcionó a ambos partidos la misma membresía en los comités, presupuestos iguales para los republicanos y demócratas de los comités, y la capacidad de ambos líderes para impulsar la legislación fuera de los comités que están estancados.
El senador demócrata Tom Carper de Delaware señaló que tanto McConnell como Schumer estaban en la iglesia esta mañana con Biden.
"Fueron juntos a la iglesia, y tal vez una pequeña intervención divina, un poco de poder de oración y comenzaremos algo", dijo Carper.
Las elecciones de Warnock y Ossoff, que derrotaron a los republicanos en funciones Kelly Loeffler y David Perdue en una segunda vuelta muy disputada el 5 de enero, dieron como resultado la mayoría demócrata. El estado certificó oficialmente sus victorias el martes.
Warnock, de 51 años, quien será apenas el undécimo senador afroamericano en la historia y el primero de Georgia, es el pastor principal de la Iglesia Bautista Ebenezer de Martin Luther King, Jr. en Atlanta. Enfrentará una pelea por la reelección en solo dos años, cuando probablemente sea un objetivo republicano de primer orden con el control del Senado en juego.
Ossoff, de 33 años, será fácilmente el senador más joven, desplazando a Josh Hawley, de 41 años, y es el primer senador judío de Georgia.
Padilla, de 47 años, hijo de inmigrantes mexicanos, se convertirá en el undécimo senador hispano en la historia y el primer latino de California. Fue nombrado por el gobernador Gavin Newsom y contó con el respaldo de la senadora principal del estado, Dianne Feinstein. Él también se enfrentará a los votantes en dos años.