BUENOS AIRES.- La Cámara de Diputados argentina comenzó este miércoles la histórica sesión para someter a votación un proyecto de legalización del aborto en medio de masivas manifestaciones de pro y anti abortistas que esperarán el resultado del debate en las cercanías del Congreso.
Es la primera vez que un proyecto legislativo para despenalizar el aborto y legalizar su práctica hasta la semana 14 de gestación llega al pleno de una cámara legislativa de Argentina, el país nativo del papa Francisco, luego de que seis iniciativas se frustraran en instancias legislativas inferiores. De aprobarse, el texto pasará al Senado.
El proyecto obtuvo dictamen de mayoría en un plenario de comisiones celebrado la víspera y establece que fuera del plazo de 14 semanas de gestación, las mujeres podrán abortar cuando su embarazo fuera producto de una violación, si estuviera en riesgo su vida o salud o si se diagnosticara la inviabilidad de la vida extrauterina del feto.
Además se introdujeron algunos cambios para atraer a los indecisos como el derecho a la objeción de conciencia de los médicos, previa inscripción en un registro, y la creación de consejerías pre y post aborto para asesorar a las mujeres y acompañarlas.
La sesión que se prevé maratónica se celebrará en medio de fuertes medidas de seguridad, con la zona adyacente al edificio del Congreso dividida en dos corredores donde se instalaron enormes pantallas para seguir el debate.
En uno de los sectores se ha aglutinado una marea de pro abortistas con el característico pañuelo verde al cuello que los identifica y en el otro los llamados "pro vida" portando banderas argentinas y carteles con imágenes de fetos.
En Argentina es ilegal interrumpir el embarazo excepto en los casos de violación y de riesgo para la vida o salud de la madre, lo que no impide que cientos de miles de mujeres aborten de forma clandestina cada año.
La iniciativa necesita 129 votos de los 257 escaños para ser aprobada. Según los trascendidos, la votación estaría muy reñida ya que hasta las últimas horas antes del debate había más de 20 legisladores que se declaraban indecisos.
La sesión legislativa viene precedida por la ocupación de una docena de colegios públicos de Buenos Aires por parte de estudiantes que reclaman la legalización del aborto y denuncias de diputados de haber sido víctimas de fuertes presiones en sus teléfonos, en las redes sociales e incluso en sus despachos por defender sus respectivos puntos de vista.
El jefe de Gabinete Marcos Peña pidió la víspera que "no se exalten los ánimos" e indicó que los legisladores oficialistas "tienen autonomía para votar de acuerdo a sus convicciones".
El presidente Mauricio Macri, de tendencia conservadora, promovió el debate en el Congreso, donde el oficialista Cambiemos está fuertemente dividido entre pro y anti abortistas.
El mandatario, contrario a la interrupción voluntaria del embarazo, se comprometió a no vetar la norma si es aprobada.
La iniciativa llega a la cámara baja por el empuje desde hace 13 años de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, un colectivo integrado por unas 500 organizaciones sociales y políticas. En la acera contraria se encuentra la Iglesia católica, que en las últimas semanas redobló sus críticas al proyecto.
En un informe de 2016 el Ministerio de Salud estimó que en Argentina se realizan entre 370 mil y 522 mil abortos por año pero aclaró que "por tratarse de una práctica clandestina, no se dispone de datos precisos".
En Latinoamérica Uruguay, Guyana, Cuba y la Ciudad de México permiten el aborto sin restricciones.