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El largo historial de los linchamientos en EU muestran algo en común: un trasfondo racista

En la historia de Estados Unidos, los linchamientos han sido un instrumento usado para aterrorizar a personas de otras razas y mantener órdenes sociales racistas.

El Congreso de Estados Unidos está nuevamente atascado en torno a un proyecto ampliamente apoyado que designaría los linchamientos un delito federal de trasfondo racista. Como otras veces en el pasado, la iniciativa es bloqueada por un sureño, el senador de Kentucky Rand Paul.

El diccionario Merriam-Webster define los linchamientos como "una ejecución perpetrada por una turba sin permiso o aprobación legal alguna". A lo largo de la historia, los linchamientos han sido un instrumento usado para aterrorizar a personas de otras razas y mantener órdenes sociales racistas, evitando que voten, hagan valer sus derechos humanos o busquen empleo.

Activistas afroamericanos, de los pueblos originarios y chicanos han tratado por más de medio siglo que se aprueben leyes que pongan fin a esa práctica y fijen duros castigos para quienes incurran en ellas.

Vistazo a la evolución de los linchamientos en Estados Unidos a medida que aumentaban las poblaciones de otras razas que no fueran la blanca y sus reclamos de derechos civiles:

Los comienzos

Apenas empezaron a llegar los primeros colonos europeos a lo que es hoy Estados Unidos, turbas de blancos atacaron poblaciones pacíficas de indígenas. Los esclavos negros que se rebelaban enfrentaban la muerte y, a veces, los propietarios de esclavos podían matarlos sin peligro de ser castigados.

Si bien es tema de debate, algunos historiadores dicen que el primer linchamiento se produjo en San Luis.

El 18 de abril de 1836, Francis McIntosh, un camarero negro liberado, desembarcó del barco a vapor Flora, según el libro The Broken Heart of America: St. Louis and the Violent History of the United States (El corazón roto de América: San Luis y la violenta historia de Estados Unidos), de Walter Johnson.

Comenzó a caminar hacia la ciudad y se topó con dos marineros que le escapaban a la policía. Los policías George Hammons y William Mull dejaron que se fuesen los marineros y detuvieron a McIntosh, quien fue quemado vivo. Dos años después, un joven abogado llamado Abraham Lincoln denunció el linchamiento de McIntosh y dijo que era una amenaza para la república.

La era de Jim Crow

Luego de la Reconstrucción y del retiro de soldados federales del sur, esclavos que habían sido liberados fueron linchados por turbas de blancos que los responsabilizaban por las penurias económicas del sur. Una organización paramilitar conocida como el Ku Klux Klan atrajo a antiguos soldados de la Confederación que atacaron a los afroamericanos. En 1866 una disputa entre exsoldados blancos y negros que combatieron en la guerra civil en Memphis, Tennessee, derivó en el linchamiento de los negros por parte de una turba de blancos y de la policía. Dos meses después, una turba de blancos linchó a 37 negros que asistían a una conferencia sobre el sufragio en Nueva Orleáns.

Estados de la antigua Confederación aprobaron leyes que impedían votar a los afroamericanos y amenazaron con linchar a quienes presentasen objeciones. Los linchamientos fueron usados asimismo para forzar la segregación racial y evitar los progresos económicos de los negros.

Con frecuencia hombres y mujeres afroamericanos eran sacados de sus casas por la noche y golpeados antes de ser linchados en público. Entre 1882 y 1968, se tiene noticias de más de 4 mil 700 linchamientos, según la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color, la organización de derechos civiles más antigua del país, creada en respuesta a los linchamientos y conocida por sus siglas en inglés, NAACP. Aproximadamente el 70 por ciento de las víctimas de linchamientos fueron afroestadounidenses.

No era inusual encontrar tarjetas postales con fotos de afro que estaban siendo linchados, con poemas o palabras racistas. Las imágenes a menudo incluían cadáveres mutilados colgando de árboles, ante la mirada de personas blancas sonrientes, a veces acompañadas por niños.

El oeste

Después de la guerra civil los chicanos fueron también víctimas de linchamientos por parte de turbas de blancos en Texas, Nuevo México, Colorado y California, porque los colonos blancos trataban de imponer su propio orden social racista en las tierras que supieron ser de México. En ciudades y pueblos del oeste del país los mexicanos fueron torturados, linchados y blanco de otras formas de violencia a manos de turbas de blancos y de organismos policiales como los Rangers de Texas. Los historiadores dicen que se calcula que unas 5 mil personas de ascendencia mexicana fueron asesinadas o desaparecieron en Estados Unidos.

A menudo la violencia fue tan brutal que atrajo la atención de diarios del exterior y de la NAACP.

Muchos asiáticos también fueron linchados en California. El libro de Jean Praelzer, del 2008, "Driven Out: The Forgotten War against Chinese Americans" (Expulsados: La guerra olvidada contra los chinoamericanos) cuenta la historia de los ataques de turbas de blancos a mineros y otros trabajadores chinos en California y el noroeste, en violentos actos de limpieza étnica.

La resistencia

La periodista Ida B. Wells encabezó una cruzada contra los linchamientos a fines del 1800, escribiendo un libro sobre afroamericanos asesinados y arriesgando su vida en sus viajes por el sur para investigar estos episodios. Llevó su campaña a la Casa Blanca en 1898 y pidió al presidente William McKinley que adoptase reformas.

Entre 1920 y 1938, la NAACP izó una bandera en su sede de Nueva York cada vez que recibió un informe de linchamiento. Y promovió leyes contra los linchamientos, pero esos esfuerzos tropezaron con una feroz oposición de políticos del sur.

En el 2018 la Iniciativa por una Justicia Equitativa, una agrupación de Montgomery, inauguró el primer museo del país sobre las víctimas de linchamientos.

En mayo circuló un video por las redes sociales que mostró la matanza del 23 de febrero de un afroamericano de 25 años, Ahmaud Arbery, en Georgia a manos de dos individuos blancos. El reverendo James Woodal, presidente de las oficinas de la NAACP de Georgia, dijo que la muerte de Arbery había constituido "un linchamiento moderno".

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