Finlandia aparece en los rankings como el país más feliz del mundo, pero su población está envejeciendo más rápido que la de la mayoría, lo cual presiona al Gobierno para que le dé más trabajo a más gente a fin de ayudar a financiar a los que se jubilan.
Arreglar el mercado laboral del país probablemente sea la principal cuestión cuando los fineses acudan a las urnas para elegir un nuevo Gobierno el 14 de abril.
La nueva administración tendrá que elevar la tasa de empleo al 75 por ciento de los finlandeses en edad activa para 2023 y posteriormente al 80 por ciento, según un informe de funcionarios públicos dado a conocer este lunes que esboza los principales desafíos por delante.
Hoy esa tasa asciende al 72 por ciento, con lo cual cumple una meta fijada en 2015 por el primer ministro Juha Sipilä que por entonces se consideraba prácticamente inalcanzable.
Ese año, solo el 68 por ciento de la población en edad de trabajar tenía empleo, el país estaba saliendo lentamente de tres años de depresión económica —la segunda desde la crisis financiera— y el ánimo era sombrío.
Hoy, con unas 140 mil personas más trabajando que cuando asumió Sipilä, hacen falta aproximadamente 150 mil empleos más para salvaguardar el modelo de bienestar del miembro más septentrional de la eurozona, reza el informe.
"El financiamiento de nuestro modelo nórdico de bienestar, que nos hace el país más feliz del mundo con un estándar de vida increíblemente elevado, depende de niveles de empleo más altos", señaló el economista jefe de Nordea Bank, Aki Kangasharju, en una entrevista. Finlandia necesita que "todos los que puedan trabajar tengan empleo".
Medidas
El domingo, Sipilä dijo que manteniéndose el crecimiento económico cerca de 2 por ciento se generará un incremento gradual del empleo para cumplir la meta. Cuando el Gobierno finés "consiga elevar la tasa de empleo de manera permanente a más de 75 por ciento, se solucionará por completo el déficit de gastos", declaró en entrevista con YLE Radio Suomi.
El Gobierno ya tomó varias medidas para impulsar el empleo, como recortar los costos de mano de obra y presentar el llamado 'modelo activo', que aspira a volver a emplear a los desocupados que buscan trabajo.
Además, hubo muchas contrataciones tras el avance de la economía mundial. Sin embargo, ese viento de cola está a punto de dejar de soplar, en tanto disminuye el crecimiento en la mayoría de las grandes economías.
Kangasharju, de Nordea, dice que la solución son más reformas del mercado laboral para aumentar el número de empleos disponibles. Si no, los finlandeses deberían prepararse para ajustarse más el cinturón.
"Si no alcanzamos niveles de empleo más elevados, tendremos más austeridad, con recortes del gasto y el empleo público, lo cual disminuirá la recaudación fiscal y aumentará el gasto en el desempleo", puntualizó Kangasharju.