CARTAGENA.- El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo que Washington usará todo su poder económico y diplomático para restaurar la democracia en Venezuela, mientras señaló que un Estado fallido en el país petrolero representa una amenaza para los estadounidenses.
"El presidente Trump ha dejado muy claro que no vamos a esperar mientras Venezuela colapsa hacia una dictadura", sostuvo Pence en la caribeña ciudad de Cartagena.
"Un Estado fallido en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad de todo nuestro Hemisferio y al pueblo de Estados Unidos de América", aseguró.
Pence ha mostrado a un tono más conciliador que Trump durante el inicio de una gira latinoamericana que incluye a Colombia, Argentina, Chile y Panamá, diciendo que es posible una solución pacífica a la crisis política y a los disturbios en el país socialista.
El presidente de Estados Unidos amenazó la semana pasada con una acción militar en Venezuela, lo que provocó un rechazo en la región, incluso en países que son fuertes críticos del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
"Estamos absolutamente decididos a llevar toda la medida del poder económico y diplomático estadounidense hasta que veamos restaurada la democracia en Venezuela", dijo Pence después de reunirse con familias venezolanas que viven en Colombia.
Pero el funcionario no respondió directamente cuando se le preguntó si promovía un cambio de régimen.
"El régimen está experimentando cambios en este momento y lo que estamos presenciando es que Venezuela está colapsando hacia una dictadura", afirmó.
Pence aseguró que el flujo de narcóticos hacia Estados Unidos podría aumentar y que la inmigración ilegal a través de Centroamérica hacia Estados Unidos también se incrementaría "comprometiendo nuestras fronteras, comprometiendo nuestra economía y en algunos casos comprometiendo la seguridad de nuestras familias y comunidades".
Maduro está tratando de sacar provecho de la indignación local por los comentarios de Trump y convocó a una protesta "antiimperialista" para este lunes.
Más de 120 venezolanos han muerto en disturbios desde abril, mientras la economía se hunde en una recesión agravada por una inflación de tres dígitos, así como por la escasez de alimentos y medicinas.