WASHINGTON.- El presidente Donald Trump anunció este lunes que Estados Unidos designó a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán como una "organización terrorista extranjera", como parte de una labor para aumentar la presión internacional sobre el país de Medio Oriente.
Es una acción sin precedentes debido a que Washington no había utilizado la designación para toda una entidad gubernamental.
"Esta medida sin precedente, encabezada por el Departamento de Estado, reconoce la realidad de que Irán no es solamente un estado patrocinador del terrorismo, sino que la Guardia Revolucionaria Iraní participa, financia y promueve el terrorismo como herramienta política", sostuvo Trump en un comunicado.
Irán reaccionó afirmando que son las fuerzas estadounidenses estacionadas en el Medio Oriente las que deberían ser llamadas "grupos terroristas".
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, envió una carta al presidente Hassan Rouhani pidiéndole incluir al ejército estadounidense en la lista de ese tipo de entidades, según la agencia de noticias IRNA.
Zarif además envió una nota de protesta a la embajada suiza en Teherán, que se encarga de los intereses estadounidenses en Irán.
Las autoridades gubernamentales han dicho que la acción aislará más a Teherán y dejará claro que Estados Unidos no tolerará el continuo apoyo del país a los grupos rebeldes y a otras organizaciones que desestabilizan al Medio Oriente.
Pero la designación también podría tener amplias implicaciones para el personal y las políticas estadounidenses en la región y en otros sitios debido a que Irán ha amenazado con tomar medidas en represalia
La medida permite a Estados Unidos negarle la entrada al país a quien haya dado apoyo material a la Guardia Revolucionaria, y procesar a quien haya violado las sanciones que pesan sobre Irán. Ello podría afectar a compañías o empresarios europeos o asiáticos que tengan contacto alguno con las diversas filiales de la Guardia.
Además, la medida complicará gestiones diplomáticas. Al no aceptar excepciones, implica que militares y diplomáticos estadounidenses no podrán interactuar con autoridades iraquíes o libanesas que hayan tenido algún contacto con la Guardia Iraní o entidades afines.
El Pentágono y las agencias de inteligencia estadounidenses han expresado inquietudes por la medida al no poder entrar en contacto con funcionario alguno que se haya reunido o que se haya comunicado con algún miembro de la Guardia. Esas inquietudes han sido en parte la razón por la que presidencias anteriores se han abstenido de tomar ese paso.