El COVID-19 dejará un mundo que va al aislacionismo, por lo que se debe repensar lo local, con una ciudadanía más participativa y consciente, pero sobre todo es momento de mejorar la gobernanza para que los líderes estén menos cerca de los policías y más cerca de los científicos. Entre esos conceptos giró el EF Meet Point "Covid-19 y el mundo: cambios geopolíticos después del coronavirus".
Rafael Fernández de Castro, catedrático de la Universidad de San Diego y columnista de El Financiero, puso sobre la mesa la alerta de que "es la hora de la política, pero como arte de negociación, donde el líder debe ir a encontrar a su rival a mitad del camino. Es la hora de que las democracias pongan en el centro a la salud, al desarrollo humano, a la ciencia, pero sobre todo es la hora de acabar con las brechas sociales y de que los mandatarios estén menos cerca de los cuarteles y más cercanos a la ciencia".
Para Antonio Navalón, analista internacional y columnista de El Financiero, "el virus nos orilló a una transformación radical, estaremos regresando a un mundo que ya no existe, en el que las prioridades estarán en lo local y no en lo global. Por ejemplo, hoy la Universidad de Cambridge anunciaba que el próximo ciclo todas sus clases serán en modo virtual, algo impensable".
Moderado por el experto en temas internacionales, Jorge Berry, el foro también contó con la participación de Carlos Petersen, analista senior para Latinoamérica de Eurasia Group, quien prevé que el fin de la pandemia, cuando ocurra, "nos espera con un mundo más aislacionista, en el que la coordinación entre países será menos fácil; va a acelerar las diferencias entre los poderosos como China, Estados Unidos y la Unión Europea, y planteará mayores retos a países como México".
Durante años, la humanidad no ha tomado en serio su salud, lo que provocó que los sistemas inmunológicos se defiendan con suma dificultad ante el COVID-19, indicó Navalón. Hizo hincapié en que la pandemia no es una crisis, sino un cambio de sistema a nivel mundial.
En cuanto a qué naciones han actuado mal y cuáles son sensatas, Fernández de Castro consideró: "claramente, Costa Rica. Tiene la menor tasa de mortalidad ante el COVID-19, y si me dijeras, ¿qué ha hecho bien? Costa Rica ha hecho todo bien. Tiene una democracia, los ciudadanos le creen al sistema de salud. Más o menos gasta Costa Rica lo que pide la OCDE, que es el 6 por ciento de su PIB en sistema de salud. Un sistema de salud bastante independiente del Ejecutivo y del gobierno en turno", destacó.
En cuanto a cuál sería la respuesta del Gobierno de México al respecto, Carlos Petersen consideró que se anclará en sus principios.
"En Eurasia Group creemos que la respuesta del gobierno va a ser anclarse a lo que ellos creen: sus proyectos prioritarios, el gasto social y en la infraestructura, en austeridad, recorte al gasto. Todo eso va a tener mayores consecuencias negativas para el crecimiento y para el contexto fiscal, también lo creo, y por lo tanto, el riesgo es significativo", indicó.