El expresidente Tabaré Vázquez, quien gobernó en dos periodos a Uruguay y se convirtió en el primer mandatario socialista de su país de la mano del Frente Amplio en 2004, falleció este domingo a consecuencia de un cáncer de pulmón que se le detectó hace un año, informó su familia. Tenía 80 años.
"Hoy, a las tres de la madrugada, mientras descansaba en su hogar, acompañado de algunos familiares y amigos, por causa de su enfermedad, falleció Tabaré", tuiteó su hijo Álvaro Vázquez. "En nombre de la familia, queremos agradecer a todos los uruguayos el cariño recibido por él a lo largo de tantos años".
El presidente Luis Lacalle Pou, a quien Vázquez derrotó en las urnas en 2015, resaltó que el exmandatario enfrentó con coraje y serenidad su última batalla, al tiempo en que valoró su servicio al país sudamericano.
"Tuvimos instancias de diálogo personal y político que valoro y recordaré. Sirvió a su país y en base al esfuerzo obtuvo logros importantes. Fue el Presidente de los uruguayos. El país está de duelo", destacó Lacalle Pou en su cuenta de Twitter.
Tabaré Vázquez era un político muy querido entre los uruguayos. Se convirtió en el primer presidente socialista de Uruguay con el Frente Amplio en las elecciones de octubre de 2004, rompiendo la tradición de victorias de partidos más conservadores, como el Partido Colorado y el Partido Nacional.
Nunca abandonó su profesión y desde el mismo comienzo de su mandato en marzo de 2005 siguió con su carrera de oncólogo y radioterapista trabajando en clínicas privadas y en alguna propia. Su hijo Álvaro siguió sus pasos en la oncología.
Apenas una semana después de instalado como presidente dejó su traje y corbata por los atuendos blancos de médico y se fue a atender a sus pacientes a la mutual Asociación Española.
Pero Tabaré Ramón Vázquez Rosas, quien nació el 17 de enero de 1940 en el barrio obrero La Teja en la capital del país, se instaló en la historia del Uruguay como el primer líder socialista a la cabeza de la heterogénea coalición del Frente Amplio, fundado en 1971. Ganó las elecciones con el 50.4 por ciento de los votos, lo cual le dio la comodidad de contar con mayoría legislativa propia.
Su carrera política no tuvo fulgores especiales. En 1987 se integró al Comité Central del Partido Socialista, pero ello le sirvió para ir abriéndose camino hacia instancias políticas superiores y suma el mérito que su nombre también figura como el primer intendente socialista de Montevideo, cargo que ocupó a partir de 1990.
Considerado un hombre calmo y gran aficionado al fútbol, presidió el club Progreso. También le gustaba el boxeo y era un aficionado a la pesca. Sin embargo, repetía una y otra vez que su afición principal era su profesión que le permitía luchar contra el cáncer.
En ese rol, desde 1985, fue profesor director del área radioterapia del departamento de oncología de la Universidad de la República y asistió a congresos en Brasil, Argentina, Japón, Israel, Francia, Estados Unidos, Austria, Turquía y Dinamarca. Es autor de más de un centenar de trabajos científicos.
Vázquez tuvo fuertes detractores porque durante la dictadura militar, entre 1973 y 1985, obtuvo becas, como una extendida por Francia, y en 1982 fue designado por el régimen militar para representar al país en Israel.
También se publicó su nombre por su adhesión en 1982 a la llegada al poder como presidente de facto del teniente general retirado Gregorio Alvarez, a quien su gobierno -en diciembre de 2007- sometió a la justicia y encarceló por delitos de violaciones a los derechos humanos.
Vázquez fue acusado de romper una ley que impedía enjuiciar a los uniformados que participaron de la dictadura, pero se logró un hueco, señalándose que quedaban fuera de ese amparo los delitos cometidos fuera del Uruguay.
Como presidente, Vázquez había prometido llegar al "Uruguay Productivo", dentro de planes de gobierno que buscaban mejorar el perfil social de este país del Cono Sur. Cuando asumió, Uruguay había salido de su peor crisis económico-financiera y recibió un país en crecimiento.
Hizo buenas relaciones con el presidente de los Estados Unidos, George Bush para desesperación de los sectores radicales de su propia coalición. Bush visitó Uruguay en marzo de 2007, cuando el gobierno de Vázquez dudaba si acordar o desechar un tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos.
Todo quedó en un acuerdo marco de cooperación e inversiones por el cual se buscó incrementar el comercio. Las resistencias internas, más la posición del Mercosur, que es contrario a tratados individuales de comercio, hicieron naufragar el TLC.
La decisión de seguir adelante con la construcción de una planta de celulosa de Finlandia, que se había cimentado en el gobierno anterior del presidente Jorge Batlle, lo puso en su peor conflicto internacional con la Argentina, donde hubo momentos en que hasta las relaciones peligraron.
La amistad que se había tejido con el entonces presidente argentino Néstor Kirchner, quien apoyó públicamente a Vázquez para alcanzar la presidencia, se deshizo por la controversia. Kirchner falleció en 2010.
En pasajes de ese conflicto afloró un Vázquez poco dispuesto a dejarse torcer el brazo. Convencido de la necesidad de hacer crecer industrialmente el país, aseguró una y otra vez ante las exigencias argentinas que "Botnia no se mueve de donde está", a la vera oriental del Río Uruguay. Y allí se mantuvo.
En otros aspectos, apenas llegado al poder, Vázquez dispuso la reanudación de las relaciones con Cuba que se habían roto tres años antes.
Tras ser sucedido por el famoso Pepe Mujica, de su mismo partido, Tabaré Vázquez volvió al poder en 2015, tras ganar en segunda vuelta con el ahora presidente del país, Lacalle Pou.
En agosto de 2019, confirmó mientras era presidente, la existencia de un tumor maligno en sus pulmones. Ese mismo año el expresidente había sufrido en julio la muerte de su esposa.
En marzo de 2020 Tabaré Vázquez y los políticos uruguayos eran citados como ejemplo cívico de democracia por la naturalidad en traspasar el mando a sus oponentes políticos.
En las últimas semanas su salud se había agravado siendo objeto de preocupación pública en el país sudamericano, y muchas personas se acercaban a su casa para dar muestras de cariño.